Una pareja se hace viral al reconstruir una casa abandonada en el Pirineo aragonés

Abraham y Marta compraron una vivienda en ruinas en 2015 y la han convertido en su hogar a base de trabajo y esfuerzo

Durante varios años se hacían cada fin de semana 300 kilómetros para poder trabajar en la reconstrucción de la casa

Así estaba la vivienda antes de que la pareja iniciase la reconstrucción

Así estaba la vivienda antes de que la pareja iniciase la reconstrucción / CUATRO PIEDRAS

El descontento está más que implantado en una parte de la sociedad que haría todo lo posible por cambiar radicalmente su vida. Cada vez hay más personas que deciden dejar atrás su rutina, salir de la empresa en la que están trabajando y hacer las maletas dándole un vuelco a su trayectoria en este mundo. Las grandes ciudades están llenas de agobio mientras la ciudadanía se harta de la ansiedad del día a día y busca estar en paz consigo misma para ser feliz.

En el siglo XX, millones de personas se trasladaron desde los pueblos hasta las grandes urbes en busca de una vida mejor. Pocas décadas después el fenómeno se repite pero al contrario. Las familias buscan la tranquilidad del mundo rural frente a la locura de las ciudades.

Una pareja decidió cambiar su vida por completo en 2015 comprando una casa en ruinas en un bosque del Pirineo aragonés para reconstruirla poco a poco hasta convertirse en su actual hogar para pasar los inviernos bajo la nieve. Este largo proceso de reconstrucción se ha podido seguir a través de su cuenta de Instagram (@cuatro_piedras).

En uno de sus últimos vídeos, que ha contado con 1,2 millones de reproducciones, Abraham y Marta han compartido la espectacular evolución desde la decisión de adquirir la propiedad hasta haber podido ya pasar su segundo invierno allí. El mal estado de la vivienda fruto del abandono obligó a la pareja a crear un acceso hasta el lugar y limpiar todo a fondo para visibilizar lo que realmente habían comprado.

Para poder refugiarse del complicado clima del Pirineo, tormentas, frío, lluvia y nieve, los catalanes, que también tienen dos hijos pequeños, decidieron reconstruir la borda adjunta al edificio principal. "Los viernes hacíamos 300 kilómetros de viaje para llegar hasta aquí, trabajar sábado y domingo por la mañana para de nuevo emprender por la tarde el viaje hacia nuestra vida en Barcelona", se puede leer en las imágenes de las obras en pleno bosque.

Dos años para ponerla a punto

A los dos años, la vivienda conocida como Casa Ciscote estaba completamente acabada y lista para irse a vivir allí si lo deseaban. Sin embargo, Abraham y Marta no se conformaron con eso y quisieron seguir mejorando los alrededores de la finca. Se rehabilitaron los muros de piedra y mejoraron el acceso a la vivienda empedrando la calle de entrada a la casa. Después quitaron todos los desescombros para estar mucho más cómodos en semejante paraje natural.

La pareja decidió forrar el exterior de la casa de piedra para protegerse del frío en los meses de invierno cuando la nieve cubre habitualmente toda la montaña. Sin embargo, este parece que no será el último movimiento de la familia en este precioso lugar del Pirineo altoaragonés.