Educación

Niños enganchados a las pantallas: "Los profesores tienen que aprender a convivir con los móviles en el aula"

Psicólogos y pediatras reclaman regulaciones sobre todo en los menores de edad: "no sabemos los efectos que tendrán las pantallas a largo plazo"

Varios jóvenes valencianos con sus teléfonos móviles en un IES, en una imagen de archivo.

Varios jóvenes valencianos con sus teléfonos móviles en un IES, en una imagen de archivo. / LEVANTE-EMV

Gonzalo Sánchez

La investigación sobre los efectos de las pantallas en nuestro cerebro y en el de los niños va a gatas. Se tienen pocas cosas claras, y no hay consenso científico para hablar de adicción, aunque sí de malos usos que traen consecuencias. "No nos enfrentamos a un gran peligro, pero sí a una gran incógnita. No sabemos los efectos a largo plazo".

Así lo resumió ayer José Miguel Fernández Dolz, catedrático de Psicología Social en la Universidad Autónoma de Madrid, en unas jornadas sobre adicciones celebradas en València y organizadas por la Fundación Quaes de la UPV y la cátedra Fisabio de la UV. El coloquio estaba centrado en el 'enganche' a las pantallas y en él también participaban la pediatra Úrsula Maraguat y la doctora en Psicología Trinidad Bernal.

Dolz afirmó que el uso problemático de internet y las redes sociales es un problema con el que lidiar. Para Maraguat, que atiende en consulta a cada vez más niños con problemas psiquiátricos, se trata de "una nueva pandemia para la que no hay vacunas".

Un joven juega a un videojuego en un móvil.

Un joven juega a un videojuego en un móvil. / SHUTTERSTOCK

La pediatra explica que desde 2012 ha visto un aumento "exponencial" de los niños y niñas derivados a la Unidad de Salud Mental Infantil (USMI) del Hospital Clínico. "Tenemos niñas de 12 años buscando cuánto pesan y la dosis de medicamento que se tienen que tomar para acabar con su vida. Otras buscando lo que era una crisis de ansiedad. Una cayó desplomada delante de sus tres hermanos, es la realidad que veo yo muchos días en consulta, los casos de suicidio se están disparando", cuenta.

Adolescencia ¿Con o sin móvil?

Maraguat es una de las portavoces a nivel nacional del movimiento "Adolescencia sin Móvil", una plataforma de padres y madres (en la C.Valenciana ya son más de mil) que presiona para que se prohíban los móviles definitivamente en las aulas hasta los 16 años.

Sin embargo, no hay consenso sobre este tema, y Dolz asegura que "el profesorado tendrá que convivir con el móvil en el aula. Es el futuro y no tiene sentido luchar contra ello porque ya se ha impuesto", cuenta. Eso sí, defiende un uso sano del teléfono aprovechando lo bueno de la tecnología, "el móvil se podría integrar en la dinámica de algunas clases para enseñar competencias digitales, que ahora son aprender excel, pero el día de mañana tendrán mucho que ver con manerjar las Inteligencias Artificiales, y habrá que enseñar sobre ello", opina Dolz.

Un niño usa el teléfono móvil y una tablet.

Un niño usa el teléfono móvil y una tablet. / EP

Todo ello requiere, en opinión del experto, de "adquirir una serie de habilidades nuevas. El profesor se debe convertir en algo distinto y plantarle cara al teléfono en clase, si no se generará el efecto fruta prohibida. En este tema hay que coger al toro por los cuernos", explica.

Malos referentes

Ninguno de los tres ponentes habló de adicción como tal, pero sí de conductas tóxicas. "Veo claramente en consulta la dependencia social y emocional de muchos jóvenes con el teléfono. Ya es un elemento para regular nuestras emociones, dependen de ello para estar bien", explica Maraguat.

Y va más allá "una persona que adulta que se duerme con el teléfono y se levanta con el scroll infinito todos los días es un adicto para mí", cuenta la pediatra. Una de las claves del asunto está en los mayores referentes que tienen los niños: sus padres. "Hay que transmitir modelos de comportamiento. No les podemos pedir a nuestros hijos que se liberen del teléfono cuando nosotros tenemos una enorme dependencia de él y somos los primeros que estamos enganchados", cuenta Dolz.

Aún así clama por regulaciones más amplias para un problema que no está sólo en manos de las familias. "No hay que demonizar las redes sociales ni internet porque tienen muchas cosas, buenas, pero también hay que saber que muchos ambientes digitales están diseñados para distraernos", dice el experto.

Un foco de conflictos

Lo cierto es que el teléfono se ha destapado ya como la mayor fuente de conflictos, sobre todo en los IES y un potenciador para el bullying y ciberbullying. Aún así, Trinidad Bernal no está a favor de la prohibición total. "En la época en la que estamos, pensar en vivir sin móvil es muy difícil por no decir imposible", explica.

Bernal ha dirigido un estudio con 200 estudiantes de IES sobre la relación del bullying y los teléfonos móviles. Las conclusiones no son demasiado buenas; según la investigación, más de la mitad de los encuestados (alumnado de Primaria) dice que no tienen ningún tipo de control de sus padres en el uso del teléfono. Las conclusiones son que el uso del móvil está relacionado con una bajada de la autoestima, de la empatía y del rendimiento escolar.

"Lo que hemos visto es que la empatía es la vacuna emocional contra el acoso y el ciberacoso. Comprender cómo se sienten tus compañeros evita que uno haga ese daño a otro", cuenta. Tras el estudio, Bernal elaboró una guía de buenas conductas para que los centros y alumnado puedan identificar y paliar el acoso escolar. Muchas de las víctimas o agresores nos dijeron que su principal problema es que no tienen a nadie con quien hablar", cuenta.