Se desvela la razón por la que los botones de las camisas de los hombres y las mujeres no están en el mismo lado

Existen numerosas teorías sobre esta curiosidad y algunas se remontan a la Edad Media

Los botones en las camisas masculinas no están en el mismo sitio que en las femeninas.

Los botones en las camisas masculinas no están en el mismo sitio que en las femeninas. / Freepik

La moda vive en una evolución constante. A lo largo de la historia, las tendencias han ido evolucionando hasta convertirse en una expresión dinámica de la identidad, la cultura o la creatividad humana. Desde los trajes más extravagantes y cotidianos hasta el gusto por las iniciativas urbanas contemporáneas, cada época ha dejado su propio sello en la forma de vestir.

Las camisas siempre han sido una prenda esencial e indispensable en el armario de muchas personas. Existen un sinfín de formas, desde las clásicas camisas de algodón blanco, esenciales en cualquier vestidor, hasta las camisas informales de lino y estampados coloridos perfectas para un look relajado y para el verano. Las camisas no solo ofrecen comodidad y funcionalidad, sino que también permiten una gran personalización. La capacidad de adaptarse a diferentes contextos y personalidades hacen que estas prendas sigan siendo un elemento central en la moda contemporánea.

Aunque la moda vive en una evolución constante con la aparición de nuevas tendencias, existe una costumbre que ha permanecido con el paso de los tiempos: la colocación de los botones en las camisas. En las prendas masculinas, se encuentran a la derecha, mientras que en las femeninas están a la izquierda. Puede parecer un detalle sin apego, pero esta casualidad tiene una serie de raíces históricas y distintas explicaciones.

Por qué los botones de las camisas de los hombres y las mujeres no están en el mismo lado

Existen diversas teorías sobre por qué de esta costumbre. Para la primera hay que retroceder a la época medieval cuando la moda y la funcionalidad de las prendas se entrelazaban de manera singular. A lo largo de la Edad Media, las mujeres de las clases altas vestían trajes tan complejos que necesitaban la ayuda de sus sirvientas para abrocharse. Como la mayoría de las personas eran diestras, se cosían los botones en el lado izquierdo para facilitar el trabajo de sus trabajadoras que se situaban frente a las mujeres.

Esta teoría ha sido apoyada y fundamentada por Caitlin Schneider en Mental Floss, quien explica que "las mujeres adineradas usaban vestimentas elaboradas y solían disfrutar del lujo de ser vestidas por un sirviente". Por otro lado, los hombres no necesitaban la ayuda de nadie para vestirse por lo que necesitaban una disposición que facilitará ponerse esta prenda.

Según contó a The Guardian Paul Keers, autor de A Gentleman's Wardrobe, la tradición de los botones a la derecha en las prendas masculinas podría tener sus raíces en la práctica militar: “Un caballero siempre llevaba su espada en el lado izquierdo para poder desenfundarla con la mano derecha. Si una chaqueta se abotonara de izquierda a derecha, la empuñadura de la espada se engancharía en la abertura al desenfundarla”. De esta forma, se garantizaba que los hombres pudieran desabotonar sus prendas rápidamente en situaciones de combate.

Todas estas explicaciones coinciden en un aspecto fundamental: la moda no es solo cuestión de estética, sino de funcionalidad. Karl Lagerfeld, diseñador de Chanel, señalaba que elementos como los botones y las cremalleras siguen siendo “el juicio salomónico de la cuestión” de la moda de género, resistiendo incluso a las corrientes más modernas que buscan desdibujar las fronteras tradicionales entre lo masculino y lo femenino. 

A pesar de las nuevas tendencias, la posición de los botones en las camisas continúa siendo una de las costumbres más antiguas de la moda que han llegado intactas hasta nuestros días. Este pequeño detalle nos conecta con un pasado donde la moda tenía unos propósitos distintos a los de hoy.