Hasta que no cumpla los 75 años Norbert Feher, conocido como Igor el Ruso, no podrá solicitar una suspensión de la condena a prisión permanente revisable que este jueves le impuso la Audiencia de Teruel por el triple crimen de Andorra ocurrido en el 2017. En la actualidad tiene 45 años, si bien a este castigo tiene ahora que sumarle una condena a cadena perpetua en Italia por dos asesinatos y otros 21 años por dos tentativas de homicidio ocurridas en Albalate del Arzobispo, nueve días antes de matar al ganadero José Luis Iranzo y a los guardias civiles Víctor Romero y Víctor Jesús Caballero.

El magistrado presidente del jurado popular, Fermín Francisco Hernández, firmó esta sentencia en la que señala que «el simple examen de los hechos pone de manifiesto, sin necesidad de explicaciones complementarias, la extrema gravedad de los mismos» y, por lo tanto, que se le condene a 25 años de prisión por cada uno de los primeros asesinatos y por el tercero se le imponga la máxima pena de prisión permanente. La primera de este tipo en Teruel y la segunda en Aragón, ya que la Audiencia de Huesca castigó a Iván Pardo Pena de esta forma por torturar hasta la muerte a su sobrina Naiara, de tan solo 8 años, en Sabiñánigo.

 El juez parte del relato de hechos considerados probados por el tribunal para tipificar las muertes como asesinatos cometidos con alevosía, de forma sorpresiva y con ensañamiento. Relata que el acusado disparó en primer lugar al ganadero con la intención de matarle y que instantes después hizo lo mismo con los miembros del Equipo Roca del instituto armado.

En relación a estos dos agentes señala que aunque estos podían haber previsto la presencia de otra persona en la zona en la que se encontraban, no pudieron evitar ser atacados por la espalda por Feher, quien, con una pistola en cada mano (empleadas en las muertes de Italia), les disparó y les remató en el suelo, causándoles «un sufrimiento innecesario y sin darles oportunidad de defenderse». Resalta también que Igor el Ruso «actuó de manera fría y reflexiva, siendo noche cerrada y, a oscuras», cuando esperó a la primera de sus víctimas y que lo hizo «con el objetivo de no ser descubierto por los hechos delictivos que había cometido con anterioridad». Luego le dio otro disparo a menos de 35 metros.

Del masico de Iranzo se fue a esconderse a otro conocido como el de Zumino. Allí asesinó a los dos miembros del instituto armado. «Disparó sobre los agentes en las zonas glúteos, caderas, muslo, genital, púbica, torácica e inguinal, con la intención de causar a los mismos, además de la muerte, un sufrimiento mayor, y para evitar ser descubierto y detenido por los hechos delictivos que había cometido en la zona», mantiene para justificar la condena.

Pero Feher no solo fue declarado culpable de cobrarse la vida de Iranzo, Romero y Caballero, sino también de robarles el coche con el que huyó al primero y las armas reglamentarias a los otros dos, además de objetos personales. De estos tres delitos le pena con 5 años de cárcel por cada uno.

Con respecto a la tenencia ilícita de armas, el magistrado le absuelve y recuerda que ya fue condenado a 3 años por esta causa en un juicio por unos intentos de homicidio en Albalate del Arzobispo (Teruel). Hace lo mismo con la acusación de pertenencia a organización criminal.

Banda organizada

 Razona el juez en relación a esta acusación que realizaba la viuda del guardia civil Víctor Romero que, aunque durante la instrucción se divulgaron noticias sobre la pertenencia de Feher a una organización criminal en Italia y la ayuda que habría recibido en su fuga a España, las informaciones periodísticas son «hipótesis que no pueden servir de prueba de cargo».

Asimismo rechaza las alegaciones hechas por la defensa de Igor el Ruso al inicio de la vista para denunciar la vulneración del derecho de defensa de su cliente al no haber estado custodiado durante unas horas el escenario del crimen. El letrado llegó a destacar que los asesinatos se produjeron a las 18.30 horas y que no fue hasta pasadas a las 21.00 horas cuando se abren diligencias judiciales. De hecho, la primera vez que la juez instructora vio los cuerpos fueron dentro del centro de salud donde fueron trasladados ya cadáveres.

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El firmante de la sentencia admite, a partir del análisis de los 4.000 folios que consta el sumario, que aunque la escena de los asesinatos estuvo sin vigilancia varias horas, no se debió a la «desidia» del instructor sino a motivos de seguridad, al desconocerse si el autor de los disparos permanecía en la zona, ni tampoco se apreciaron indicios de una posible alteración de pruebas. En cuanto a las indemnizaciones, el juez impone una multa de 3 millones de euros. El fallo no es firme y el abogado del condenado, Juan Manuel Martín Calvente, anunció ayer recurso. 

Por el contrario, los abogados de las familias de las víctimas, Enrique Trebolle, Jorge Piedrafita, Mariano Tafalla y Ramón Castro, se mostraron satisfechos por la condena máxima.