Un fallo en el sistema de grabación de los juicios va a obligar a una joven vecina de Zaragoza a volver a recordar unos hechos que sufrió en el 2020 y que la semana pasada tuvo que rememorar ante los magistrados de la Audiencia Provincial de Zaragoza. La ley así lo establece cuando un juicio no queda grabado. El acusado Ionut Ciprian A. M., afronta una condena de 10 años de prisión por violación enmarcada en un caso de violencia machista qué denunció.

La Sección Primera de la Audiencia Provincial de Zaragoza reconoce que la vista se grabó, pero que «si bien se ve la imagen, no se aprecia sonido alguno». Según recoge el informe judicial, se comunicó de forma inmediata a la Dirección General de Justicia, quien indicó que el sonido no podía ser recuperado «por haberse fundido uno de los elementos que hacen posible la grabación del audio». Posteriormente, la situación fue comunicada a las partes implicadas, quienes deberán manifestarse sobre la nulidad del juicio «en el improrrogable plazo de 5 días», que comenzaron ayer, día 20 de diciembre.

La defensa del acusado, encabezada por la abogada Carmen Sánchez Herrero, ya solicitó ayer la nulidad del juicio, además de reclamar la libertad «de manera inmediata» para Ionut Ciprian A.M. hasta que el juicio se vuelva a celebrar. 

El acusado fue detenido en Valencia tras 24 horas de búsqueda prioritaria por parte de la la Unidad de Familia y Mujer (UFAM) de la Jefatura Superior de Policía de Aragón. El joven se había arrancado la pulsera geolocalizadora que debía portar antes del juicio por una denuncia que pesaba sobre él por violencia machista, por lo que ingresó inmediatamente en prisión. 

Los hechos ocurrieron el 13 de agosto de 2020 en una vivienda del Arrabal. Aquella tarde, la denunciante invitó a su novio, el ahora de nuevo acusado, y a un amigo a subir a su casa a beber cerveza. Con su pareja sentimental la relación se había desarrollado en un ambiente tóxico, como reconoció la víctima en la vista judicial del pasado 14 de noviembre. Discutieron por el consumo de cocaína del joven, lo que acabó con ambos en la habitación. 

La situación se convirtió en una agresión sexual que la víctima acabó denunciando seis días después porque «lo quería mucho y al inicio no quería decir nada». Además tenía miedo de contárselo a su madre porque «nunca le gustó Ionut». Las amenazas posteriores que recibió fueron, según señaló la joven, lo que hizo decir basta. «Me cansé de ser su juguete y por eso denuncié la violación», dijo en el juicio del pasado día 14. 

La joven afirmó que en en un primer momento mantuvieron relaciones sexuales consentidas, si bien luego él la forzó para realizar sexo anal. Ella se opuso, según declaró, pero no le valió el grito de «para» para detenerse. «Se me tiró encima a lo oso, yo no me podía ni mover. No dejaba de decirle que parara, que me estaba haciendo daño, pero ni siquiera al verme llorar se detuvo. Cuando acabó, salió riéndose del dormitorio», recalcó la joven visiblemente emocionada. 

El amigo de la pareja, testigo de lo sucedido, confirmó el consumo de cocaína por parte del agresor y corroboró la versión de la víctima, además de denunciar en contra de Ionut Ciprian A. M.