"Daniela Mendoza, dominicana, 24 años y 1,75 de altura. De la zona de Zaragoza. Busco una relación seria". Este era el perfil en la red de contactos Badoo al que un vecino de La Almunia respondió en abril del 2019. La descripción y las cuatro fotos que adjuntaba en la que se podía comprobar que era una mujer "sexy" hicieron el resto, llevando a Florin, un joven camionero, a quedar con ella la noche del 27 de abril de ese año.

El resto de su historia es más propia de un guion de un psico thriller, porque el hombre fue asaltado por unos encapuchados cuando iba a bordo de su turismo con su ligue. El objetivo era robarle en mitad de la noche, pero fue golpeado, maniatado con bridas, noqueado con una pistola eléctrica y abandonado en mitad de un cañaberal de Gallur tras ser desplumado. La Guardia Civil dio con los supuestos autores, Hendangelin Candy Arrieta, Mohamed Achraf y José Antonio Meléndez, que este martes se sentaron en el banquillo de la Audiencia Provincial de Zaragoza, donde negaron la mayor. Afrontan hasta 18 años de prisión por este caso, aunque la semana que viene serán juzgados por matar, enterrándolo vivo, a un informático de Getxo y por atracar violentamente a un vecino de Tudela. Todos con el mismo modus operandi, según determinaron los investigadores.

A Hendangelin Candy Arrieta la identificó "al 100%", si bien a los otros dos encausados nunca les pudo ver la cara porque iban encapuchados, si bien dos detalles les señalan: "uno de ellos tenía un acento que no era español (Mohamed Achraf es marroquí) y el otro llevaba pantalones y se veían unos tatuajes en los gemelos (característica que coincide con José Antonio Meléndez, que estaba de permiso penitenciario cuando ocurrieron los hechos)". "Pensé que me iban a matar, yo les di todo porque cuando se fueron a sacar dinero con la tarjeta y me dejaron solo no quería que regresaran y me hicieran algo", señaló la víctima de este asalto ante los miembros del tribunal y que resume parte de la angustia que vivió aquella madrugada.

Fotografía de los tres acusados y que sirvió a la Guardia Civil en la investigacuión. EP

Preguntado tanto por la fiscala como por su abogado, José Cabrejas, la víctima de este robo violento hizo un breve relato de la pesadilla que vivió aquella noche. Señaló que había quedado con quien decía ser Daniela Mendoza en la estación de tren de Gallur. No se parecía mucho a la de la foto, pero le pareció "sexy" porque "iba corta". De ahí que tuviera frío y le pidiera ir a casa de su abuela a coger una chaqueta. Se metió en la boca del lobo porque fue a una vivienda y allí, cuando estaba esperando a que bajara la chica, fue rodeado por dos hombres que le sacaron a la fuerza del turismo, un Renault Clio de color rojo y le tiraron contra el suelo. "Los dos eran conocidos de la chica, le dijeron que buscara en el coche mi cartera, si llevaba dinero…", afirmó Florin, quien destacó que uno gritó al otro: "dale dale" y que rápidamente "vio una chispa que le quitó la energía". "Era una táser", recalcó este joven, quien aseveró que una vez noqueado, uno se sentó encima de sus piernas para atárselas con bridas y el otro hizo lo mismo con las manos.

"Me quisieron meter en el maletero, pero estaba rota la cerradura y no lo pudieron abrir, así que me pusieron en el puesto del copiloto con la cabeza agachada", dijo este joven que pudo determinar que el viaje duró unos diez minutos. Una vez llegados a destino, fue golpeado y amenazado de muerte para que les diera las claves de las tarjetas de crédito. "Me pusieron un cuchillo en el cuello, me decía que si no era correcto el pin sabía lo que me iba a pasar", recordó.

Allí, en medio de la noche, maniatado y descalzo, le abandonaron en el campo. Pero Florin vio una luz a lo lejos. Fue su esperanza porque sacó fuerzas de donde pudo para arrancarse las bridas y salió corriendo hacia esa señal lumínica. Era una casa en la que unos vecinos de Gallur estaban cenando. Fueron sus salvadores.

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El coche de la víctima apareció desguazado en el taller, GUARDIA CIVIL

Hendangelin Candy Arrieta y Mohamed Achraf solo quisieron responder a las preguntas de sus abogados defensores, Carmen Sánchez Herrero y Luis Ángel Marcén. Lo hicieron con brevedad para señalar que no conocían a la víctima, que ni le golpearon ni le robaron dinero de su cuenta de crédito tras amenazarle con un cuchillo en el cuello para que les dijera el número pin de su tarjeta de crédito. Hendangelin Candy Arrieta añadió que mantenía una relación sentimental con su compañero de banquillo, que inicialmente la contrató como niñera de sus tres hijos. Aseguró que él se dedicaban a los arreglos de vehículos en un taller propio, si bien dejó entrever que podía estar inmerso en "temas turbios" puesto que "un día llegaron unos moros que dijeron que o pagaba la deuda o nos mataban a todos". Casualmente, en las mismas fechas en las que ocurrieron estos hechos.

Una versión que mantuvo José Antonio Meléndez, el otro miembro de la banda del Badoo, quien añadió que la noche del 26 de julio de 2019, no estaba en Pedrola sino en Vinaroz. Hecho que cuestionó el penalista zaragozano José Cabrejas, quien destacó la persona que fue captada esa misma noche en un cajero automático de Gallur mientras operaba con la tarjeta de crédito de la víctima mostraba, como él, dos tatuajes en sus gemelos. También le criticó que en el juicio esté declarando que no usó la tarjeta de crédito, cuando en su primera declaración durante la instrucción dijo lo contrario.

Otra víctima, un testigo que relata el modus operandi

Posteriormente declaró como testigo Julián, la segunda de las víctimas de la banda para confirmar que sus dos asaltantes eran la pareja sentada en el banquillo. Este vecino de Tudela, cuyo caso se juzgará en junio, describió el mismo modus operandi. Le citó unos días después del primer suceso en una pequeña estación ubicada en Luceni que se encontraba desierta en esos momentos y poco después fue objeto de un violento asalto.

La primera jornada del juicio por estos hechos finalizó con el testimonio de la persona que quiso adquirir el vehículo Mercedes de alta gama que la banda sustrajo al vecino de Getxo asesinado. Este testigo reconoció a la pareja sentada en el banquillo como las personas con las que se reunió junto al aparcamiento de un supermercado para formalizar la compra del vehículo, puesto a la venta por los acusados a través de una página web de compraventa.

El juicio se reanudará este miércoles con las declaraciones de los investigadores de la Guardia Civil y continuará a lo largo de un día más con las intervenciones de los distintos peritos judiciales.