Con las Navidades ya a la vuelta de esquina muchos y muchas han decidido comprar el marisco ya y ponerlo a congelar o esa es su intención inmediata. El motivo principal es que ya hay mucho género y variedad, que a última hora ya se va a agotando y, principalmente, que cuanto más se apura más elevado suele ser el precio. Y cada pequeño detalle que ayude a ahorrar en la cesta de la compra es importante.

Es una de las prácticas que más se utiliza, comprar el marisco pronto y congelarlo. Ahora bien, tan importante es ese paso, que ya te contamos en un artículo, como el proceso inverso.

El centollo, las nécoras, las cigalas o, incluso, las gambas deben congelarse una vez cocidos y no antes de ello pese a lo que solamos pensar. Para mantener el sabor, además es clave envolverlos en un paño humedecido en el agua de cocción y, posteriormente, escurrido para evitar un exceso de humedad.

También es necesario hacerlo con ciertas precauciones. Por ejemplo, conviene envolver con un paño humedecido pero sin demasiado líquido con el agua de la propia cocción y, en el momento de congelar, dejarlo bien apretado con film transparente, evitando al máximo que se creen burbujas de aire. Sin embargo, otros no hace falta cocinarlos antes de congelarlos.

Muy importante la descongelación

Pero aunque muchas veces nos centremos en el proceso de congelación, el de descongelación no hay que pasarlo por alto para nada, porque si está cocido hay que hacerlo de una manera y si no, de otra.

Aquellos que sí que están cocidos ya, como por ejemplo los centollos o las nécoras, hay que sacarlos 24 horas antes de comerlos y dejarlos en el frigorífico para que se vayan descongelando poco a poco, sin prisa, porque no les beneficia para nada el cambio brusco de temperatura.

En el caso de aquellos que no estén cocidos solo hay que tener una precaución y es que, si están pegadas las piezas (por ejemplo es normal en gambas o langostinos), la cocción en el agua va a ser desigual, por lo que necesitan un tiempo de descongelado al natural (fuera o dentro de la nevera), pero poco. El suficiente simplemente para poder separarlos individualmente y así asegurarnos de que la cocción sea igual.

Y por último, otro aspecto muy importante es cómo cocer el marisco, porque cada uno de ellos necesita una cantidad de agua, de sal y de tiempo para que quede perfecto.