En cada lugar del mundo hay tradiciones para dar la bienvenida al año nuevo y la de España ya la conoces. Primero suenan los cuartos en la Puerta del Sol, ese momento en el que a tu cuñado hay que avisarle de que todavía no puede empezar a comer mientras ya tiene una uva en la boca. Después, las doce campanadas con las famosas uvas para acoger al nuevo año con los brazos abiertos.

En España solemos ser bastante supersticiosos y respetamos lo máximo posible las tradiciones y más contando que tenemos 365 días por delante, pero hay que reconocer que a no todo el mundo le gustan las uvas, por lo que la gente, para no verse desplazada o para entrar bien en el año, hace uso de otras alternativas.

También hay que contar con los más pequeños de la casa, a los que doce uvas (aunque hay opciones para ellos más pequeñas y sin pepitas) les puede atragantar y ocasionar un momento complicado. Por eso, allá van las alternativas más populares e ideas para que puedas pasar de las uvas.

Muchas opciones

Comenzamos por lo más clásico, que es echar mano de dulces. Los hay de muchos tipos y tamaños, pero los hay que siempre triunfan. Barriendo para casa, qué mejor que unos buenos lacasitos de colores para entrar con dulzura en el nuevo año, aunque también opciones como conguitos o chucherías son muy populares en España. Pero no acaban aquí las alternativas más golosas, porque también las almendras garrapiñadas tienen su público.

En cuanto a las más saludables, hay varias opciones. La primera es optar por una macedonia de frutas, obviamente, cortada en trozos que sean de un tamaño accesible. Doce cachos, uno por cada mes, es una alternativa divertida. Dentro de este grupo también pueden entrar frutas de temporada o con sabores únicos, como por ejemplo las mandarinas (aunque los gajos son grandes y hay que tener cuidado) o los frutos rojos.

Y si los naturales triunfan, los secos no se quedan atrás. Ya te hemos hablado de las almendras garrapiñadas, pero también puedes optar por las clásicas naturales o tostadas. También por avellanas, pistachos sin cáscara u otros.

Una alternativa que en forma y en apariencia puede parecerse a las uvas pero más fácil de comer todavía por su menor tamaño son las aceitunas. Ahora bien, igual que no gusta encontrarse pepitas en las uvas, el hueso de las aceitunas tampoco es agradable, así que mejor sin él.

Y por último, otro clásico entre los clásicos es darle doce pequeños tragos a alguna bebida. El cava es la gran estrella, pero también puedes tirar por un cóctel o por un licor suave. Eso sí, siempre con moderación.