Mucho se está hablando en estos días de nuevo de Jorge Rey, el joven adolescente meteorólogo que ya el año pasado predijo la borrasca Filomena y que continúa dando sus predicciones sobre el tiempo siguiendo el método de las cabañuelas.

Y está en boca de mucha gente porque ha advertido de que el 24 de enero llega un nuevo temporal que dejará nevadas en cotas bajas y temperaturas muy bajas, por lo que hay muchas personas que piensan que llega otra Filomena. Y por otra parte, también hay meteorólogos que se dedican a ello profesionalmente, con estudios especializados y con más experiencia que Jorge Rey (que tiene 15 años) que están desacreditando este método tradicional ya que no es concreto y no se basa en el método científico.

¿Pero exactamente qué son las cabañuelas? ¿Cómo se consigue predecir el tiempo de esta forma, solo observando la naturaleza? ¿De dónde viene esta forma de observar el tiempo?

Las claves

Es una palabra que está bastante más arraigada en el mundo rural que en el urbano, ya que surgió de cara a tener buenas cosechas, pero sobre todo tiene su origen en la antigua Babilonia, aunque la civilización mexicana fue la que adoptó este método y lo mejoró.

Se ha observado que, en función de cómo es el mes de agosto en España y enero (en Latinoamérica, por ejemplo), se establece una relación de cara a todo el año.

De todos modos, no es un método nada fácil ni sencillo, ya que se tienen en cuenta los vientos, las temperaturas, las mareas, las formas de las nubes, las estrellas e incluso el comportamiento de los animales.

El cálculo

Pero cómo se establece la relación entre el mes de agosto y el resto del año es una de las grandes preguntas. El día 1 equivale al mes de agosto y a partir de ahí, cada día es un mes. Es decir, el 12 de agosto equivale a julio. Y en los doce siguientes días se afina la precisión, pero en este caso el orden es inverso, lo que significa que el 13 de agosto evalúa julio y el 24, agosto.

Jorge Rey, al contrario que los meteorólogos, no hace una predicción exacta día a día ni hora a hora, sino que establece un pronóstico y unos fenómenos generales (heladas, nevadas, aumento de temperaturas...) para quincenas o periodos de tiempo. Habrá que ver si para el 24 de enero, efectivamente, llega una nueva Filomena (que eso sí, casi con toda seguridad no se acercará a la de 2021). Y en el caso de que sí que llegue, habrá que recordar que lo predijo en agosto.