Cuántas veces se ha dicho eso de que el perro es tu mejor amigo, el más fiel y el que nunca te abandona. Y es verdad. Pero como en cualquier relación o como cualquier ser vivo, a nuestros canes no les gustan ciertas actitudes o comportamientos que no les terminan de gustar y que pueden ocasiones algún pequeño roce con sus dueños.

Algunos, como podrás comprobar, no son evitables, pero otros muchos sí, así que si los evitas conseguirás que la relación con tu mascota se fortalezca. Es normal que en el día a día ocurran situaciones de este tipo, así que céntrate en mejorar aquellas que puedas para que tu perro no se enfade.

Aquí os dejamos las diez cosas que a los perros no les gustan:

Soplarles. Es un clásico y por si fuera poco se lo hacemos mientras están relajados o dormidos será todavía peor. No les gusta nada, sobre todo si es en la nariz, porque quieren mantenerla húmeda, y en el interior de las orejas. Por supuesto, tampoco les metas el dedo en los oídos porque se sobresaltarán.

Coger y apretar los mofletes. Otro comportamiento totalmente evitable. No les gusta nada, en especial si se tocan sus bigotes porque se limita su capacidad sensorial. Aparte, como podrás comprobar en esta lista, todo lo que sea limitar su movilidad les resulta muy molesto.

Abrazarles. Aquí va un ejemplo. Para nosotros es un gesto de amor y lo entendemos así, pero un perro no lo concibe de la misma forma. Entiende que estás limitándole sus movimientos, por lo que se sienten incómodos.

Es imprescindible y a algunos les gusta, pero en general odian que les bañemos.

Ponerles la correa. Otra vez lo mismo, la movilidad. Quieren libertad para poder explorar y olfatear y de este modo se sienten amordazados, lo que les genera incomodidad. Ahora bien, aquí poco se puede hacer, sobre todo porque está prohibido soltarles salvo en zonas y horas delimitadas en ciudades.

Tocarles la planta de la pata. La parte blandita, la que está en contacto con el suelo, lo odian porque tienen cosquillas y es una parte muy importante de su cuerpo. Evítalo.

Cortarles las uñas. No es cómodo para ellos por lo mismo, por la sensibilidad de la zona y la duda sobre qué le vamos a hacer, sobre todo cuando son cachorros. Aun así, hay que hacerlo de vez en cuando por su salud e higiene.

Bañarles. Hablando de higiene, hay perros a los que les encanta el agua, pero a la mayoría no les hace gracia pasar por la bañera y que les llenes de jabón. Pero como con las uñas, cuando toca, toca, así que prémiale si se porta bien.

Que la casa no esté limpia. Son muy sensibles a los olores y detectarán rápido si la casa está limpia o no. Aparte, ten cuidado con los olores muy fuertes y los ambientadores porque pueden ser molestos para ellos.

Tocar su comida. Es sagrada y si a nosotros no nos gusta, a ellos tampoco. Por supuesto, tampoco le prometas nada que no le vayas a dar ni le pongas algo en los morros y se lo quites.

La más dolorosa, que salgas de casa sin él. Es complicado también para nosotros, pero las obligaciones nos marcan el día a día y no nos queda más remedio. El mismo sentimiento de no verlo lo tendrán ellos, pero es lo que toca. Cuando vuelvas, dale todo tu cariño.