Trucos de limpieza

El mejor producto desengrasante para la limpieza del hogar

Es muy fácil de conseguir y es muy efectivo

Hay muchos productos con propiedades desengrasantes. Otros, como la lejía, son los mejores desinfectantes. Y existen también en el mercado muchos artículos con diversos componentes químicos e incluso con aromas y perfumes que son muy buenos.

Ahora bien, el mejor desengrasante, el mejor por excelencia, es un producto que posiblemente todos tengamos en casa y, si no, es facilísimo de encontrar. De hecho, está disponible en cualquier supermercado.

Pero no solo sirve para la grasa. También es muy eficaz para eliminar los restos de cal, que se acumula especialmente en las zonas con grifos y, sobre todo, en la ducha, tanto en los mandos como en la mampara, la cual necesita unos grandes cuidados.

En cuanto a sus usos fuera del hogar, destacan su empleo en fertilizantes, para purificar agua, fabricación de tintes o incluso de fármacos, aunque tiene muchos más.

Olor fuerte

El amoniaco tiene una grandísima capacidad desengrasante. Aunque hay personas que también lo usan como desinfectante, en este aspecto la verdadera ganadora es la lejía. Pero en el caso de acabar con la grasa, especialmente de las superficies y de los tejidos, el amoniaco es el rey.

Ahora bien, hay que tener en cuenta unas consideraciones previas. La primera y fundamental es que tiene un olor muy fuerte por sus características naturales, así que será muy importante que ventiles y que solo emplees las cantidades recomendadas. Y otros dos consejos, uno que es aconsejable, que es emplear guantes porque es corrosivo, y el otro importantísimo, ya que jamás se debe mezclar con lejía.

El amoniaco lo puedes emplear para eliminar la grasa de los filtros de la campana extractora de humos de la cocina, también algunos restos grandes de la vitrocerámica o también en el horno o el microondas, sobre todo si los restos ya se han pegado o son muy grandes.

Otro uso muy extendido es el de sumergir las bayetas y los trapos de cocina, ya que no tendrás que hacer nada más que dejar el amoniaco con agua actuar y esperar. Cuando termine, le darás una nueva vida una vez los enjuagues o los metas en la lavadora (solo con los trapos).