Las pastillas para el lavavajillas se diseñaron para cumplir una función específica: combatir el agua dura, eliminar las manchas y disolver la grasa de los alimentos que permanece en los platos, vasos y cubiertos que se introducen en el lavavajillas.

Sin embargo, estos productos pueden tener otras muchas funciones y utilidades, más allá de la conocida por todos. Pero, ¿qué se puede limpiar fácilmente con estas pastillas? Estos son algunos ejemplos que te pueden sorprender.

El horno

Este electrodoméstico no es el más usado. Pero sí uno de los más complicados de limpiar. Quitar la comida quemada y reseca que se queda adherida a las paredes y rejilla del horno es una tarea laboriosa.

Pero con las pastillas del lavavajillas podrás conseguir que este proceso sea mucho más fácil. Deberás sumergirla en agua tibia para limpiar el vidrio y la puerta del horno con unas pocas pasadas.

Ollas y sartenes

Puedes seguir el mismo procedimiento. Tendrás que sumergir la pastilla del lavavajillas en agua tibia. Posteriormente podrás usar ese agua para deshacerte de la suciedad, la grasa y los restos de comida que se haya quemado en las ollas y las sartenes.

Manchas de té y de café

No hay nada más odiado que ver cómo cae una gota de café o té sobre nuestra ropa. Esta se expande y resulta muy difícil de limpiar. En ocasiones, por mucho que se frote, la mancha no se elimina, por lo que hay que buscar soluciones alternativas.

Estas pastillas son una solución. Para ello deberemos llenar un recipiente con agua 3/4 de su capacidad y meter dentro la pastilla. Tras una hora deberíamos poder eliminar todas las manchas con un poco de agua caliente.

Nevera

A quién no se le ha caído algún alimento o bebida que ha manchado la nevera. Para usar el agua con la pastilla, primero deberemos retirar el resto de alimentos que estén sobre la superficie que se ha manchado. A continuación, ya podremos pasar el trapo con el agua tibia y la acción de la pastilla.

Otros usos

Estos son solo algunos ejemplos para los que podemos usar las pastillas para el lavavajillas. Pero no son los únicos. También se puede limpiar el fregadero, el váter, la lavadora o los muebles de plástico del jardín o la terraza.

Además, podemos usarla para eliminar malos olores. Es el caso del cubo de la basura, donde se quedan impregnados los malos olores de alimentos que se van depositando durante muchos meses. Por ello, es conveniente realizar una limpieza, al menos, cada seis meses.