Ahora que todas las administraciones están impulsando la rehabilitación como motor de la recuperación económica postcovid en nuestro país, "es fundamental que todos estos trabajos no se hagan de manera improvisada y que se planifiquen, porque tenemos edificaciones antiguas con presencia de amianto que es necesario diagnosticar y retirar antes de iniciar cualquier rehabilitación". 

Así lo explica Lorena Orduna, subdirectora de Arizón y Gracia, empresa aragonesa especializada en la diagnosis previa y retirada (tanto en edificiación como en industria) de este material tóxico para la salud y el medioambiente. "En el 90% de las edificaciones construidas entre 1900 y 2005 existe presencia de amianto", asegura la especialista, que indica que ante esta situación hay que instar a las empresas de construcción y rehabilitación a que realicen este trabajo previo con todas las garantías. 

También hace un llamamiento a los consumidores y usuarios para que, a la hora de renovar su edificio o vivienda, exijan este proceso previo a la empresa encargada de la reforma. "Es sobre todo una cuestión de salud pero también de responsabilidad", asegura. La sanción por no retirar y gestionar de forma adecuada una placa de amianto puede llegar a los 3.000 euros. 

Actualmente, la ley obliga a identificar los materiales con amianto y otros residuos peligrosos y a eliminarlos convenientemente antes de acometer cualquier proyecto de rehabilitación en edificio residenciales o intalaciones industriales. Además, desde enero de 2021, la normativa del Gobierno de Aragón exige un control obligatorio de la calidad del aire en todos los trabajos de desamiantado, "con el objetivo de no dejar ningún tipo de fibra en suspensión y que esta pueda convertirse en un problema para los habitantes de las viviendas en el futuro", señala Orduna. 

La retirada de amianto de un edificio debe correr a cargo de una empresa autorizada Arizón y Gracia

Grandes especialistas

La retirada de amianto de un edificio debe correr a cargo de una empresa autorizada inscrita en el registro creado por el Real Decreto 396/2006 de 31 de marzo, que regula esta actividad en España, y certificada de acuerdo a la normativa UNE 171330 de ‘Empresas que trabajan con materiales de Amianto’. 

Arizón y Gracia cumple ambos requisitos, y es además una de las mayores especialistas en Aragón en este tipo de trabajos, así como la única autorizada para la eliminación de amianto friable, aquel que puede pulverizarse con la mano o con un soplo de aire. 

Con una década de trayectoria en España, la empresa aragonesa ha realizado el desamiantado en obras emblemáticas de la comunidad, como la reforma de la Facultad de Filosofía y Letras en el Campus San Francisco de Zaragoza o, más recientemente, la rehabilitación de la antigua Estación Internacional de Canfranc. También ha desarrollado sus trabajos en edificios residenciales, industrias e infraestructuras hidráulicas. Esta alta especialización la convierte en una firma de referencia en la salud de la edificación tanto en Aragón como en Navarra y en el sur de Francia. 

"Una vez retirado el amianto, estos residuos se trasladan a un depósito en Zaragoza que da servicio a toda la comunidad donde se almacenan bajo tierra, lo que da una idea de su peligrosidad. Por eso es tan importante este proceso de diagnóstico de todas las patologías de amianto presentes en el edificio, así como su retirada de la forma más conveniente", detalla la subdirectora de Arizón y Gracia. 

La especialista considera que "cada vez hay más concienciación sobre la peligrosidad del amianto en nuestro país" gracias al trabajo de divulgación que realizan empresas como la suya. Aún así, ve necesario "seguir concienciando a los usuarios y consumidores del alto riesgo que supone que esta sustancia cancerígena llegue hasta sus pulmones".