Los beneficios de la rehabilitación van más allá de la mejora de los edificios para hacerlos más eficientes y accesibles de cara a sus habitantes. Rehabilitar conlleva hacer de los barrios y ciudades lugares más habitables, más bonitos y con una mayor calidad de vida para toda la ciudadanía. 

Este es precisamente el objetivo que plantea el proyecto Balsas Positivo del Ayuntamiento de Zaragoza, "un proyecto innovador que supone una revolución en materia de rehabilitación", en palabras del alcalde de Zaragoza, Jorge Azcón. 

Esta innovadora propuesta no solo apuesta por la rehabilitación de edificios concretos, sino por la regeneración y revitalización de todo un barrio: Balsas del Ebro Viejo, un conjunto sindical ubicado en el distrito del Arrabal que cuenta con 1.530 viviendas, incluyendo actuaciones sobre el espacio público, el comercio y la movilidad. "Balsas Positivo es el futuro en lo que se refiere a intervenir de forma global en los barrios. Se trata de un proyecto cualitativo en lo que suponen las políticas tradicionales de rehabilitación", asegura el máximo responsable municipal. 

Las actuaciones del proyecto pasan por rehabilitar 114 edificios residenciales para hacerlos accesibles y eficientes e instalar 107 ascensores. Pero además, contempla la renovación de infraestructuras y regeneración del espacio público, y con él se espera reactivar el comercio además de generar empleo. Todo ello, con el aprovechamiento de energías renovables en las instalaciones y la creación de comunidades energéticas a través de instalaciones fotovoltaicas. 

Balsas del Ebro Viejo sería la primera zona en la que se lleva a cabo este proyecto pionero que podría exportarse a otros barrios y conjuntos urbanos de la ciudad, así como a otras zonas de España y de Europa. En concreto, en Zaragoza existen 21 grupos sindicales creados entre los 1940 y 1960 que suman más de 8.500 viviendas, para los que Balsas Positivo puede ser "un ejemplo a seguir", apunta Jorge Azcón. 

La participación vecinal, clave

El proyecto Balsas Positivo se basa en la colaboración entre sector público y privado y supondría una inversión de 82 millones de euros (en función del grado de eficiencia que se desee obtener). Para su impulso se considera imprescindible la cercanía con los vecinos, a través de una oficina de barrio que atienda, asesore y resuelva las dudas que puedan surgir a lo largo del proceso. 

El consistorio ya ha mantenido reuniones explicativas con representantes del tejido vecinal y asociativo del barrio, se ha realizado un pleno extraordinario de la Junta Municipal de El Arrabal para detallar la propuesta al resto de colectivos, y va a realizar un estudio socioeconómico del barrio, con entrevistas a los vecinos, parta determinar su vulnerabilidad. 

En cuanto a la financiación, se considera estratégica la implicación de otras administraciones para mostrar solidez ante Europa. De hecho, el Ayuntamiento de Zaragoza solicitará fondos europeos a través de diferentes convocatorias, ya que el proyecto se enmarca a la perfección dentro de los objetivos que ha marcado Europa como políticas palanca de rehabilitación y "cero emisiones", con cuyo plan de acción se aspira a rehabilitar 35 millones de edificios hasta 2030 en el continente. 

Además, Balsas Positivo encaja en el Plan Nacional de Recuperación del Gobierno Central España Puede, financiado con 140.000 millones de euros del Mecanismo de Recuperación Europeo (el 37% de los fondos deben destinarse a la lucha contra el cambio climático). El ayuntamiento ya ha presentado la Manifestación de Interés de Balsas Positivo al Gobierno de España, primer paso para echar a rodar la iniciativa, que continuará con el diseño de modelo, la elaboración de los estudios socioeconómicos o la negociación de las condiciones de financiación. 

Cómo se revitaliza un barrio

Balsas Positivo plantea mejorar la accesibilidad en las viviendas y la eficiencia energética para conseguir edificios calificados como de «cero emisiones», en los que se sustituyan combustibles fósiles por energías renovables, se mejore el aislamiento para reducir la demanda de energía, y los vecinos estén concienciados con buenos hábitos energéticos. Se trata de mejorar el confort tanto del interior de las viviendas y zonas comunes, como del entorno del barrio pero, ¿cómo?:

  • Rehabilitando 114 edificios residenciales haciéndolos más accesibles y eficientes.
  • Instalando 107 ascensores en el exterior de los edificios, de forma que no intervengan en la estructura original de los bloques.
  • Renovando las infraestructuras y regenerando el espacio público.
  • Reactivando el comercio y generando empleo.
  • Impulsando una movilidad eficiente.
  • Integrando los servicios públicos y equipamientos en edificios eficientes.