Parecía que Aragón se había librado. Que la polémica y la gresca política que embarra la campaña electoral madrileña no iba a salpicar a la comunidad. Pero no ha sido así. El grupo municipal de Vox en Zaragoza ha decidido trasladar esas tensiones a Aragón y querellarse contra el concejal Alberto Cubero, de ZeC, y la calma tensa se ha convertido en una tensa realidad, de la mano de una ultraderecha que este lunes ha seguido alimentando la polémica. Eso sí, sin condenar ninguna de las amenazas de muerte que a nivel nacional están recibiendo miembros del PSOE y de Unidas Podemos. 

Todo comenzó ayer, cuando además se conoció que la ministra Reyes Maroto había recibido una carta amenazante que contenía una navaja ensangrentada. El partido de ultraderecha convocó una rueda de prensa en la que solo quería hablar de que hoy interpondrán una querella para intentar inhabilitar como cargo público al concejal de ZeC, Alberto Cubero, por «incitación al odio y a la violencia». Vox se basa en un comentario que realizó el edil en la última comisión de Hacienda cuando dijo que «ojalá les pase en toda España lo que les pasó en Vallecas», en referencia a los altercados del primer mitin de los ultras en la campaña madrileña. Pero ni rastro de condenar las balas recibidas por el ministro Fernando Grande-Marlaska, el candidato de Unidas Podemos en Madrid, Pablo Iglesias, o la directora de la Guardia Civil, María Gámez. 

«No nos interesa la pena de cárcel, sino la inhabilitación», dijo el portavoz municipal de Vox, Julio Calvo. Parece la bala en la recámara de la ultraderecha para justificar sus propios silencios, que contrarrestan dictando doctrina sobre que personas que lanzan mensajes de odio «no deberían estar en la política y las instituciones» o trasladar su preocupación por cómo se «deteriora» la democracia. Y su compañera de partido, la concejala Carmen Rouco añadió que otro tuit de Cubero aludía a que «el PSOE debería seguir siendo la misma mierda que el PP». En una curiosa equiparación con la violencia, el odio o las amenazas.  

Pero Cubero no dudó en calificar la querella como «una amenaza más y un hostigamiento a la izquierda política y a sus representantes» en alusión al ataque de la sede de Podemos en Cartagena, y las de IU en Burgos y León, entre otras. «No tenemos miedo, ni nos vamos a amedrentar, ni vamos a normalizar los discursos de la ultraderecha, como hace PP y Ciudadanos permitiendo que influyan en las políticas públicas», aseguró. A su parecer, desde que está Vox en el Ayuntamiento de Zaragoza «se han roto consensos históricos» en la violencia machista y la cooperación internacional. 

«Cientos de militantes anónimos reciben amenazas y hostigamientos de la derecha y todo lo que no encaja en la ultraderecha de Vox es amenazado en este país y señalan y propagan el discurso del odio como el cartel en el metro de Madrid, que señala a los menores inmigrantes. Es de cobardes y de ultras como es esta gente», añadió el edil de ZeC.

Y en medio de este pulso, el alcalde de Zaragoza, Jorge Azcón, aseguró que su equipo de Gobierno (PP-Cs) condena todo tipo de violencia. Pero solo arremetió contra Cubero, pues dijo que los «alegatos a la violencia» y las declaraciones contrarias «a los escenarios de concordia vienen de ZeC y hay muchos precedentes que condenar y ahora también». «La política debería tener más sosiego y reflexión y no buscar la confrontación», zanjó. 

El PSOE pide rechazar las amenazas en el pleno

El grupo municipal socialista en el Ayuntamiento de Zaragoza pidió este lunes en la junta de portavoces que para el próximo pleno se hiciera una declaración institucional para rechazar las amenazas recibidas por parte de los ministros Fernando Grande Marlaska y Reyes Maroto, así como del candidato de Unidas Podemos en la Comunidad de Madrid, Pablo Iglesias, o la directora de la Guardia Civil, María Gámez. Pero Vox se opuso y, al no haber unanimidad, no se podrá firmar. Por eso el PSOE registró una moción de urgencia para que los partidos se retraten.

En el texto de la declaración, se pedía que se rechazaran las palabras de la candidata de Vox a la presidencia de la Comunidad de Madrid, Rocío Monasterio, «en las que dudaba de la veracidad de las amenazas» a los altos cargos del Gobierno central y al exvicepresidente Iglesias. 

En otras ocasiones, Vox ya ha vetado otras declaraciones institucionales, como las del Día de la Mujer o el Día contra la Violencia Machista, aunque esta vez parecía obvio que se fueran a negar puesto que el texto hacía referencia explícita a una integrante del partido de la ultraderecha. 

Según el PSOE, tanto PP como Cs se mostraron tibios ante el texto, algo que niegan desde ambos grupos. Según explican fuentes del equipo de Gobierno, no hubo tiempo para consensuar un texto nuevo «en el que todos los partidos se vean reflejados», ya que, si se acepta la urgencia de moción, los grupos municipales deberán debatir sobre un asunto que genera tanta confrontación. Será entonces, el próximo viernes, cuando voten a favor o en contra del rechazo a las amenazas recibidas por miembros del PSOE y Unidas Podemos en Madrid. 

Aún así, desde el PP aseguran que aún hay tiempo para llegar a un acuerdo sobre una declaración institucional a este respecto. También en el pleno del viernes tendrá que votarse otra moción, esta presentada por PP y Cs, en la que se condenan «los ataques a la monarquía» del concejal de ZeC Alberto Cubero.