Los autobuses eléctricos de Zaragoza consumirán la misma energía en un año que los vecinos de Calatayud, con unos 20.000 habitantes. Sucederá cuando la flota sea 100% eléctrica, de aquí a diez años, y sus 355 vehículos sean sostenibles y recarguen las baterías por las noches en cocheras, donde se va a crear una instalación de recarga. La compra de energía estimada rondará los 10.000.000 kW, lo que equivale al consumo de unas 10.000 viviendas.

Por ahora, en el próximo año y medio llegarán a la capital aragonesa 68 autobuses sostenibles, 100% eléctricos, que van a costar 46 millones y que convivirán con los 111 híbridos con los que ya cuenta la flota y los diésel que se irán sustituyendo de forma progresiva hasta el 2031.

Sumados a los que ya circulan por la capital, los 75 vehículos verdes requerirán de una potencia de 5,5 MW, el equivalente a 2.500 viviendas con de 2,5 miembros por hogar, según la estimación que han hecho desde el área de Movilidad.

Nueva conexión eléctrica

Las obras para crear esta instalación eléctrica comenzarán en breves y será Endesa la que se encargue de realizar la conexión con la subestación transformadora de Torre Olivera y crear la estructura de los pantógrafos invertidos de carga para cada autobús. Aunque hasta dentro de diez años la flota no será totalmente sostenible, el consistorio quiere que la red de distribución esté habilitada desde el primer momento para cargar los 355 futuros buses eléctricos.

La construcción de esta estación rondará los 12 millones y desde el consistorio han decidido que se habilite para la totalidad de la flota porque para adaptar las potencias sería necesario cortar el suministro entre tres y cinco días, algo que será inviable una vez que los 75 autobuses eléctricos estén operativos. Además, el consistorio consolidará la reserva de potencia disponible que podría acabar utilizando otro cliente.

Pantógrafos por bus

Cada autobús tendrá su pantógrafo, que estará conectado a un anillo para evitar que, en caso de que falle una unidad, la avería se extienda al resto. Cada unidad alimentará a un autobús individualmente desde un cargador, que estará montado en una estructura fija en cocheras y que se conectará a las pletinas de conexión que los buses llevarán en sus techos.

Se ha decidido que sea así porque reduce el peso muerto en los vehículos, están más protegidos frente a averías y, en caso de que haya un problema, el vehículo no quedaría inutilizado y podría recargarse con uno semirrápido.

La capacidad de la línea será de 20 MW de potencia y la línea de alta tensión se hará por los viales de la Z-30 y la carretera N-212 a través de unos tubos hormigonados en su totalidad para protegerlos de roturas accidentales. La instalación la compondrán dos transformadores de 10 MW (uno activo y otro en reserva), pudiendo actuar cualquiera de ellos en caso de avería, con posibilidad de adquirir un tercero.

Habrá 37 cargadores de 100 kW y 38 cargadores de 150 kW que permitirán la carga tanto de buses de 12 metros y de 18 metros. Se hará siempre por la noche, en horas valle de consumo eléctrico y cuando no hay servicio. Está previsto utilizar una sistema de Smart Charging, que optimiza las puestas en carga y preservar la duración de las baterías.

Sustituir cada bus diésel por uno eléctrico supondrá un ahorro de 1.700 toneladas de CO2 a lo largo de su vida útil. El ahorro será de 621.000 en diez años. 

Dispositivos para vehículos

El Ayuntamiento de Zaragoza prevé dotar a la ciudad de cargadores eléctricos para coches. Todavía no tiene una idea clara, ya que la demanda sigue siendo tímida, por lo que sigue estudiando el mercado y sus necesidades.

Según explicaron desde el área de Movilidad, en los próximos dos años podrían instalarse cuatro o cinco puntos nuevos de recarga y entre dos y seis cargadores rápidos, además de los que están estudiando colocar en los estacionamientos disuasorios y de larga estancia previstos y que serían de carga semirápida.

La horquilla entre la que se debaten oscila entre los 16 y los 60 que serían, principalmente, privados. Se trata de una oferta que crecerá de manera proporcional al incremento real de la demanda, por lo que licitarán los espacios atendiendo a las necesidades. El ayuntamiento prevé incentivar la compra de los vehículos eléctricos con beneficios fiscales e incluso se plantea restringir el tráfico al centro de la capital de aquellos vehículos más contaminantes.

Actualmente hay 16 cargadores municipales, ocho para motos, siete de carga semirrápida y otro de carga rápida.