Las algas vuelven a ser las protagonistas del Ebro. Con la subida de las temperaturas, la disminución del caudal y de la corriente, han proliferado y ocupan gran parte del cauce a su paso por Zaragoza, dificultando las actividades acuáticas. Esta estampa es habitual durante los meses de estiaje y ocasiona problemas ya que son un caldo de cultivo perfecto para las larvas.

El consistorio ha iniciado los tratamientos con un larvicida ecológico inocuo para el resto de especies de fauna o flora que resulta muy eficaz en la lucha contra la mosca negra. Ahora se utiliza un sistema de moto-bomba que permite distribuir de una forma mucho más eficaz el larvicida en toda la superficie del río. Cuanto mayor sea la acumulación de algas en el río, más mosca negra habrá en la ciudad. 

Las algas cubre gran parte del caudal del Ebro. ÁNGEL DE CASTRO