La relación entre Zaragoza y agosto nunca ha sido fácil. Con la llegada del octavo mes del año, muchos vecinos de la ciudad deciden hacer las maletas y poner tierra de por medio; irse de vacaciones y escapar también del calor que sofoca en la capital aragonesa. La parte buena, económicamente hablando, es que las zonas típicas de la costa y de la comunidad, así como los pueblos, reciben visitantes y rezuman alegría. Pero para los comercios zaragozanos la cosa de complica: los del centro pasan a depender del turismo y los de los barrios se debaten entre cerrar o estirar el chicle para paliar la caída de ingresos que arrastran.

Aurora Sachez es propietaria de una tienda de ropa en Las Fuentes y presidenta de la asociación de comerciantes del barrio, llamada Yo Compro. El año pasado, cuenta, muchos establecimientos decidieron mantener sus puertas abiertas durante el mes de agosto para tratar de compensar el periodo durante el que estuvieron cerrados en el confinamiento. Pero en 2021 será diferente: «Yo sí que cerraré y mucha gente va a hacer lo mismo. Van a cerrar más días que otros años».

Una mujer sale de la Oficina de Turismo de la plaza del Pilar con un mapa entre sus manos. | EL PERIÓDICO

Los motivos son variados y a la falta de clientes se suma también el aumento de los precios de la electricidad. «Tienes que estar con el aire acondicionado y no te entra casi nadie a la tienda. No compensa. El año pasado me fui solo una semana y este me iré tres». Cuenta Sachez que la decisión la ha tomado también por necesidad. Los comerciantes acarrean un año y medio de «subidas y bajadas», pero las ventas «no se acaban de recuperar». «Junio fue bueno pero en julio todo se ha parado otra vez. Y agosto no va a ser mejor así que para eso nos vamos de vacaciones porque también lo necesitamos. Psicológicamente estamos machacados por tanta incertidumbre así que mira me voy y espero aclararme las ideas y volver con más ganas y más optimismo», explica.

Irse, eso sí, no se irá muy lejos. Sus vacaciones serán en Garrapinillos. «Tal y como está la situación no quiero arriesgarme a poder contagiarme porque a la vuelta de agosto no me puedo permitir estar diez días encerrada en casa sin abrir la tienda», advierte Sachez.

La situación en el centro de Zaragoza es diferente y fían sus ventas al turismo. En la calle Don Jaime I, La Alacena de Aragón, un comercio de alimentación y productos gourmet, el perfil del cliente cambia en cuanto pasa el 15 de julio. «De normal la gente que viene a la tienda son de la zona o gente de paso, pero a medida que entra el verano los que son de Zaragoza se van y empiezan a venir turistas. Entonces dejamos de hacer tanto pan y nos ponemos a vender frutas de Aragón», ríe la encargada del local, Vanesa La Iglesia.

Este viernes comenzó la operación salida, en la que muchos zaragozanos dejarán la ciudad. | JAIME GALINDO

Así, en esta tienda de alimentación esperan pasar agosto viviendo de los visitantes, por lo que no van a cerrar su establecimiento. Eso sí, antes del covid el negocio era mucho más rentable. «Antes de la pandemia desde marzo ya venían muchos turistas. Paraban autobuses llenos de franceses y de abuelos del Imserso. Ahora hay que esperar al verano», cuenta La Iglesia.

Y del turismo depende completamente Ana Bosqued, de la tienda de souvenirs ¡Qué majico!, en la plaza del Pilar. «No tengo ni idea de lo que va a pasar pero no me voy a ir de vacaciones. No me he ido nunca en verano pues no me voy a ir esta vez. En año y medio no ha venido nadie y este agosto hay que estar. Está incrementándose el número de ventas, pero un poco. Muy poquito, vamos», explica la comerciante.

La incertidumbre, cuenta, ha sido constante desde que llegó el covid y aunque la soga ha dejado de asfixiar aún aprieta. Ahora, además, se ven perjudicados por la decisión del cabildo del Pilar de cerrar el templo de 13.30 a 16.30 horas. «A Zaragoza mucha gente viene de paso y si se encuentran con la puerta de la basílica cerrada en las narices pues ya no se quedan a comer aquí y siguen su camino», lamenta.

De vacaciones en julio

Desde la Federación de Empresarios de Comercio y Servicios de Zaragoza y Provincia (Ecos), su presidente, Antonio Tornos, explica que este en el que nos encontramos va a ser un fin de semana muy malo para las ventas, dado que los que se fueron de vacaciones en julio aún no han vuelto y los que se van en agosto ya se han ido.

«Pero, sin embargo, creo, y esto es una percepción personal, que este agosto no va a ser tan malo, porque cada vez s más gente se va de vacaciones en julio, así que ahora a muchos les toca trabajar y se quedarán en la ciudad», explica el presidente de Ecos. No obstante, admite que la situación será diferente para los comercios de los barrios y los del centro, donde las ventas irán «un poquito mejor» por el empuje del turismo.

Asimismo, las rebajas estivales tampoco han tenido el mismo efecto dependiendo del sector. «Para el textil ha sido una campaña horrorosa. Al haber menos eventos... Sin embargo, en electrodomésticos, telefonía y alimentación la gente ha invertido», añade. «Los comercios grandes intentarán no cerrar este mes pero otros muchos pequeños sí que lo harán. No compensa», cuenta Tornos.

Y lo cierto es que por el momento la llegada de visitantes a Zaragoza, el único flotador para los comerciantes, está siendo tímida. En la Oficina de Turismo de la plaza del Pilar, eso sí, cuentan que llegan ahora más turistas que hace un año: «La gente tenía más miedo por el brote que hubo en Aragón. Ahora hay más movimiento», explica Chusé García-Moreno, técnico municipal.

El perfil, cuenta, apenas ha variado con el paso de los años más allá de la procedencia, ya que los chinos, antes los segundos visitantes internacionales más numerosos, han desaparecido. «Vienen muchas familias y muchos niños, sobre todo. Los que más son los madrileños y los catalanes, aunque también mucha gente de Valencia, País Vasco, Andalucía... Y de fuera sobre todo franceses pero también algún latinoamericano y estadounidense. Hay de todo», cuenta García-Moreno. De ellos dependerá que el comercio sobreviva el agosto zaragozano.

Un 80% menos de consultas en la Oficina de Turismo

Del 1 de enero al 11 de julio de 2021 se registraron en las oficinas de turismo de Zaragoza un total de 31.374 consultas. Del total, 27.591 (el 92%) fueron realizadas por visitantes españoles y solo 3.783 ( el 8%) por extranjeros. Las cifras suponen un descenso con respecto al año pasado, 2020, pero sobre todo si se comparan con 2019. Entonces, estos puntos de información recibieron a 153.277 personas en el mismo periodo de tiempo, de los cuales 108.172 eran turistas nacionales y 45.105 de fuera del país. El descenso es del 80%. Pero sorprende además que los datos de este año son peores también que los del pasado, cuando las restricciones covid fueron más fuertes: de enero a julio de 2020 pasaron por las oficinas de turismo 38.560, 7.186 más.

Por meses, en este 2021, de enero a junio el mejor mes ha sido este último. Entonces se registraron 9.408 consultas, 1.362 de personas de fuera de nuestro país. Le siguen en el ránking, en cifras absolutas, mayo (7.154); abril (3.010); marzo (2.064); enero (2.397); y febrero (1.710). Por días, se observan picos de visitantes en la semana del 29 de marzo al 4 de abril, por Semana Santa, y una subida considerable a partir del 10 de mayo. Con respecto a la procedencia de los visitantes que han pedido información en las oficinas, un 41% del los españoles eran de Zaragoza. Y entre los extranjeros, el 40% era franceses.