Dice Francisco Javier Falo, el director general de Salud Pública, que el asunto de la ventilación «es un mantra que hemos recogido en todos nuestros documentos desde hace muchos meses», a pesar de que en el sector de la hostelería una de las grandes reclamaciones ha sido precisamente que el Gobierno de Aragón nunca ha querido sentarse a debatir sobre este tema. «Realmente, con Sanidad no se ha hablado ni una sola vez. La reunión que tuvo Falo fue extraoficial con dos personas que, por cierto, no pintan nada. Hemos solicitado por escrito cuatro veces reunirnos con ellos y ni nos contestan. Pedimos que se sienten con nosotros para poder buscar un protocolo y consensuar, porque hay soluciones en el aire que nos pueden ayudar a todos», explica Miguel Ángel Salinas, vicepresidente de la Asociación Provincial de Discotecas y Salas de Fiestas.

Salinas es un emprendedor en este sentido. Precisamente en uno de sus establecimientos, el Canterbury Salamero, instaló hace dos meses el sistema DucFit de purificación de aire, «que elimina más del 99,6% de todos los virus en un cuarto de hora». Está basado en la tecnología PCO (oxidación foto catalítica) desarrollada por la NASA para la purificación de las estaciones espaciales, «y probada por laboratorios y hospitales de todo el mundo». Genera moléculas que inactivan virus (incluido el coronavirus), bacterias y otros patógenos tóxicos en el aire y las superficies. «Es una inteligencia artificial que comprueba la medición al minuto y se puede seguir en directo en la pantalla del local», explica el hostelero, que asegura que hay comunidades que han escuchado a la ciencia, pero que en Aragón «no hacen caso ni a los expertos, ni a la Universidad de Zaragoza, ni al Colegio de Ingenieros».

Al otro lado, en el área de Sanidad de la DGA, no se ve de la misma manera. «Una ventilación adecuada se debe plantear en cualquier establecimiento, no solo en hostelería. Hay que ver cuántos profesionales sanitarios y del ámbito de la epidemiología han estado en este planteamiento. La ventilación es una medida preventiva que se debe sumar al resto», explica Falo, que se muestra crítico con algunas posturas. «Desde determinados ámbitos parece que hayan descubierto la ventilación. Sabemos que las capacidades de transmisión en espacios interiores y exteriores no han tenido nada que ver, pero lo que hemos planteado es que eso no puede ser un condicionamiento para determinadas medidas».

Es decir, la ventilación debe tomarse «como un elemento más», al igual que las condiciones higiénicas, «pero hay gente que, creyendo que pueden controlar el ambiente con un medidor de CO2, ha llegado a decir que pueden abrir la barra», lamenta Falo, que remata: «Ese es el posicionamiento con el que no estamos de acuerdo».

La respuesta de Salinas pasa «por sistemas inalámbricos y termostatos como los del aire acondicionado. Igual se puede hacer con el CO2. Hay locales que por sus dimensiones o ubicación no tienen posibilidad de tener una buena ventilación y habría que poner filtros. Pero es que puede ser un conjunto de varias medidas. Si además lo complementamos con un sistema como el DucFit, que elimina el covid a los 5 minutos al 80% de estar en marcha y que está demostrado que es inocuo, no sé dónde se encuentra el problema».

El sector medita nuevas protestas

«Estamos en un cierre encubierto porque dejarnos hasta las 0.30 horas como a un establecimiento diurno es prácticamente estar cerrados», dice el vicepresidente de los locales asociados en el ocio nocturno, Miguel Ángel Salinas, que añade: «¿Quién va a venir cuando la gente se va a cenar y las últimas copas se las toman en el establecimiento donde está. Desde esas tres semanas de julio que podíamos estar hasta las 3 de la mañana y el resto de establecimientos cerraba antes, hemos bajado mucho». ¿Tanto ha afectado? Sí. Contestan con datos. «Están cerradas el 95% de las discotecas. No están preparadas para abrir durante el día», explica el dueño del Canterbury, que cree que los políticos tienen que tomar «decisiones consensuadas con nosotros, no culparnos de todos los contagios» y deja una advertencia encima de la mesa. «A partir de septiembre estamos valorando tomar medidas porque no entendemos lo que pasa». No lo dice Salinas, pero en el sector ya piensan en nuevas protestas.

La asociación de discotecas de Zaragoza ha pedido subvenciones al Ayuntamiento de Zaragoza para instalar estos sistemas, aunque admiten que hay sitios en los que no será suficiente. «En un local como el mío, de 500 metros y con 5 de altura, cuesta entre 4.000 y 4.500 euros. Es muy barato para lo que te aporta», dice Salinas, consciente de que su instalación «no significa que el Canterbury vaya a ser 100% libre de covid», algo inalcanzable. «Pero si tengo todo lo posible, mantengo las distancias, he completado la pauta de las vacunas y la ventilación se pone en marcha automáticamente, no entiendo que no me dejen abrir».

Desde la mesa de los hosteleros entienden que «entre todos» se debe hacer la lucha contra el covid. «Podemos sentarnos para valorar si los hosteleros estamos de acuerdo en implantar el pasaporte covid como en otros países. Lambán dijo que lo iba a estudiar seriamente y ahí se ha quedado. Los hosteleros de Andalucía han recurrido y les han dado la razón en el TSJA de Andalucía y en el Supremo. Aquí se podría implementar porque hay que ver qué es lo mejor e intentar minimizar los riesgos. Otra cosa sería la posibilidad de hacer en las discotecas test de antígenos, eso habría que estudiarlo. Y otra más, valorar la efectividad y la seguridad de los sistemas de limitación del covid en interiores. Pero creo que no debe ser una cuestión meramente política o de laboratorios», remata el hostelero, que entiende que en el futuro las medidas de control del ambiente serán casi norma. «El sistema que tenemos nosotros elimina los virus en el aire y en las superficies. Lo que hace el agua oxigenada es atravesar la membrana lipídica que tiene el virus. Al cuarto de hora el 99,6% está eliminado», concluye.