Por fin, tras más de 12 años de gestiones y tiras y aflojas, con múltiples dificultades de tipo jurídico, el Gobierno de España dio ayer luz verde a los trabajos previos a la exhumación de 77 víctimas de la guerra civil en el Valle de los Caídos, un listado en el que figuran los hermanos Manuel y Antonio Ramiro Lapeña Altabás, fusilados en el barranco de la Bartolina, en Calatayud, por tener ideas republicanas.

La medida llega tarde para algunos familiares de los represaliados, como Manuel Lapeña, hijo de uno de ellos, que murió hace unos días a los 97 años. Pero aun así, la noticia «es muy importante para las víctimas y sus familiares», subrayó ayer a EL PERIÓDICO DE ARAGÓN Fernando Martínez, secretario de Estado para la Memoria Histórica, que, desde su cargo, ha sido el artífice de la decisión tras la larga batalla por hacer justicia a los miles de fusilados que están enterrados en el Valle de los Caídos.

Grandes dificultades

«Entre los 77 nombres de la lista figuran todas las personas de Calatayud fusiladas y que se encuentran en la necrópolis», explicó Martínez, que señaló que el proceso para extraer los restos óseos de los represaliados «se ha prolongado en el tiempo porque era necesario para que todo se haga ajustado a la legalidad desde el punto de vista jurídico, técnico y forense».

De momento van a empezar los trabajos previos, básicamente montar los sistemas que permitan entrar en las criptas y sus columbarios, organizar los equipos de búsqueda con personal especializado y la delimitación de la zona de actuación. A todo ello le seguirá la intervención de los forenses para extraer los esqueletos e identificarlos en la medida de lo posible (están muy mezclados los distintos niveles) y, para terminar, se acondicionarán los habitáculos con vistas a dignificar los restos allí conservados.

Todos estos pasos, señaló el secretario de Estado para la Memoria Histórica, «se notificarán a los familiares» para que estén informados de lo que se hace en cada momento. Los trabajos, los de mayor dificultad técnica de España desde el punto de vista técnico por el estado de las criptas, han recibido una dotación de 650.000 euros.

Los hermanos Lapeña fueron fusilados sin juicio en el barranco de la Bartolina, durante los primeros meses de la guerra civil, por sus ideas republicanas y su vinculación a la CNT.

La noticia del comienzo de las exhumaciones fue recibida con alegría y alivio ayer por los familiares, entre ellos Miguel Ángel Capapé, de la asociación aragonesa de memoria histórica Arico, esposo de la nieta de uno de los represaliados.

Familiares aragoneses

«Esperemos que ya esta vez sea en serio», manifestó Capapé, que lleva muchos años reclamando este acto de justicia que ha pasado por muchas vicisitudes y ha tenido que superar innumerables obstáculos legales, además de la oposición de la comunidad de monjes que se encarga de la necrópolis. 

El inmenso cementerio del Valle de los Caídos será objeto de una reorientación en su significado histórico que tuvo como primer paso imprescindible la salida de los restos del dictador Francisco Franco, su impulsor, en octubre de 2019.