Zaragoza duplica los nuevos niveles de contaminación decretados por la Organización Mundial de la Salud (OMS), que ha endurecido los límites después de varios años. Solo siete de las 80 ciudades más pobladas del país están por debajo del nuevo margen decretado de exposición anual al dióxido de nitrógeno (NO2). La capital aragonesa, que hacía años que presumía de cumplir de sobra con las directrices europeas, ha pasado a formar parte de la lista negra.

Desde hace 15 años, la OMS consideraba que el límite de seguridad respecto a la exposición de esta partícula contaminante era de 40 microgramos por metro cúbico. Ahora lo ha reducido a 10. Y Zaragoza lo supera ampliamente, con 23 microgramos por metro cúbico, según los datos de la Agencia Europea del Medio Ambiente (AEMA). Aún así no es de las peores.

El listado de ciudades españolas está encabezado por Granada (43 microgramos), Coslada (39), Mollet del Vallés (39), Murcia (38) , Terrassa (37), Leganés (36), Madrid (35), Granollers (35), Getafe (33) y Barcelona (32). Solo Badajoz, Benidorm, Cáceres, Elda, Palencia, Telde y Zamora cumplirían con esta recomendación. Si se mira a Europa, ninguna de las 27 capitales de los Estados miembro cumpliría con este exigencias que no son baladí porque según la OMS, nueve de cada diez personas respiran aire altamente contaminado y cada año se estima que se producen alrededor 33.200 muertes prematuras en España a causa de la mala calidad del aire.

Gasto por habitante

El NO2 es un contaminante que está vinculado directamente a los vehículos de combustión en los entornos urbanos. En la capital aragonesa, el 40% de las emisiones provienen de la industria, frente al 30% del sector doméstico y un 20% de la movilidad. Para tratar de atajar este problema, las administraciones tienen un largo y costoso camino por recorrer que requiere de importantes inversiones.

Según un estudio de la Eurostat, el coste anual que supone la contaminación atmosférica en Zaragoza roza los 800 euros por habitante (790), inferior al de otras ciudades medianas analizadas, como Valencia (849 euros), San Sebastián (858) o Bilbao (917).

El alcalde Jorge Azcón ya ha presentado un ambicioso proyecto que contempla la renovación integral de su flota de autobuses públicos, que pasarán a ser 100% eléctricos. Desde el consistorio también están trabajando en la creación de una zona de bajas emisiones, como exige la nueva Ley de Cambio Climático, aunque todavía no han adelantado nada al respecto. Y trabaja por concienciar a la ciudadanía de la importancia de desplazarse en bici, en patinetes o andando. Proyectos y cambios de hábitos de gran importancia para conseguir que la capital sea una ciudad climáticamente neutra en el 2030. Va por el buen camino y entre 2005 y 2019, Zaragoza ha logrado reducir en un 20% las emisiones totales de gases de efecto invernadero.

Protocolo

El consistorio tiene un protocolo de actuación ante episodios de alta contaminación por dióxido de nitrógeno que establece una «zona cero» en la ciudad y, de superarse determinados límites de gases contaminantes, se prohibiría circular en la zona cero, delimitada por los paseos Echegaray y Caballero, María Agustín, Pamplona, Constitución y de la Mina; y las calles Asalto y Alonso V.

Este reglamento no se ha puesto nunca en marcha y se activaría si en una estación de medición se detectara un nivel de 400 microgramos de dióxido de nitrógeno por metro cúbico de aire durante más de dos horas consecutivas y con condiciones meteorológicas adversas.