Esperanza se queda. La presión popular y la negociación han podido paralizar este lunes un desahucio en el barrio de Torrero. La perjudicada en este caso iba a ser Esperanza Fernández, una mujer con tres hijos: uno de ellos con una discapacidad reconocida del 61% y otros dos menores de edad. Además, esta vecina de Zaragoza es víctima de violencia de género y tiene una orden de alejamiento en vigor contra su expareja.

A pesar de todos los condicionantes que acompañan a Esperanza, que vive en un piso okupado “por necesidad”, en la tarde del pasado viernes la Policía Nacional le informó de que este lunes iba a ser desalojada de la vivienda en la que reside desde hace ahora ocho meses. Y hoy, cuando todavía no había amanecido, varias furgonetas de antidisturbios han llegado al barrio para proceder al desalojo del piso, que es propiedad de la Sareb -el conocido como banco malo-, a pesar de que la mujer no tenía garantizada una alternativa habitacional.

El dispositivo se ha puesto en marcha sobre las 9.00 horas. En ese momento, los agentes se pusieron sus cascos y se acercaron hasta el portal del edificio, en el que había un grupo de personas tratando de evitar la entrada de los antidisturbios. A lo lejos, separados por un cordón policial, un numeroso grupo de vecinos gritaban y coreaban lemas para alentar a los activistas antidesahucios.

La Policía Nacional desalojando a los activistas que trataban de impedir el paso a la vivienda de Esperanza. ÁNGEL DE CASTRO

Uno a uno y sin que se produjeran disturbios, los agentes fueron llevándose a las personas que bloqueaban la entrada mientras la portavoz de Stop Desahucios, Concha Cano, trataba de negociar con la policía para ganar tiempo. En ese momento, a primera hora de la mañana, Esperanza se encontraba en los juzgados con su abogada para intentar parar el lanzamiento, lo que en ese momento no ha sido posible. La única opción que quedaba entonces era que la comisión judicial y el representante de la Sareb decidieran paralizar el desalojo ateniéndose a la situación de vulnerabilidad de la mujer una vez llegaran al lugar y comprobaran la veracidad del relato de Fernández.

Así, sobre las 11.30 se han personado los responsables judiciales de la negociación y de la Sareb que tras un rato han decidido paralizar el proceso de desahucio. La orden de desalojo, además, se había dado contra los anteriores inquilinos de la vivienda, que también estaban okupando el piso.

Antes de confirmarse la paralización del desahucio, Esperanza se mostraba pesimista primero pero más contenta después. Los rumores y los corrillos corrían por el entorno y parecía que la decisión iba a ser favorable para la mujer. Si no, la alternativa era sencilla y triste a la vez: “si ningún amigo me abre la puerta esta noche dormiré en la calle con mis hijos. Mi padre está muy enfermo y ya bastante tiene el pobre como para mantenerme a mí también”.

Por suerte, no fue así y la Sareb ha decidido parar el desalojo según establece el real decreto del Gobierno central que prohíbe los desahucios de familias vulnerables si no tienen alternativa habitacional. “¡Suspendido, suspendido!”, ha gritado Esperanza cuando se ha enterado de la decisión. Entonces ha marchado corriendo hacia donde estaban los manifestantes mostrándole su apoyo, para agradecerles la presión ejercida durante toda la mañana.

Ahora, la abogada que asiste a Fernández va a entrar a formar parte del procedimiento para conseguir que la mujer sea considerada vulnerable por las instituciones y estas puedan garantizarle una vivienda digna y segura. “No pueden dejar a una familia y a una mujer en la calle cuando tiene una orden de alejamiento vigente contra su expareja”, ha pedido la letrada.

Concha Cano, portavoz de Stop Desahucios, y Esperanza Fernández se abrazan después de conocer que se había paralizado el desahucio. EL PERIÓDICO

Esperanza ya fue desahuciada de una vivienda en el mismo bloque en el que reside ahora hace tan solo ocho meses. Cuando le echaron se metió en otro piso. “Llevo desde 2016 en contacto con la DGA y con Zaragoza Vivienda (que depende del ayuntamiento) para que puedan alojarme. Mi hijo mayor, que acaba de cumplir 18, tiene un trastorno bipolar, así que te puedes imaginar cómo está viviendo esto. ”, ha explicado. “Tenemos que intentar que le den una solución porque dentro de poco tiempo el proceso de desahucio puede volver a activarse. El Gobierno de Aragón debe ofrecerle una alternativa y tiene que ser ya”, ha dicho por su parte la portavoz de Stop Desahucios.

Okupo un piso por necesidad y no he tenido nunca respuesta ninguna por parte de las instituciones. Tengo un subsidio y con mis ingresos no puedo alquilar un piso como una persona normal porque con por el seguro de impagos no me lo conceden”, ha relatado Esperanza, que dispone de luz gracias a un vecino que le paso un cable desde su ventana de lado a lado de la calle. “Gracias al apoyo de mis vecinos lo hemos conseguido esta vez”, ha zanjado mientras se abrazaba con los manifestantes que le han apoyado esta mañana.