«Este año va a ser el primero de los últimos años en el que la revisión de precios del autobús va a ser positiva». Así reconoce abiertamente la responsable de Servicios Públicos y Movilidad del Ayuntamiento de Zaragoza, Natalia Chueca, el «daño» que está provocando en el servicio de autobús este año tanto la inflación disparada, el incremento del precio del carburante y otros costes, y la falta de usuarios, todavía más de un 20% por debajo de lo que se movía antes de la pandemia. El consistorio ya asume que después del verano habrá que hacer una modificación de créditos «millonaria» porque, sencillamente, con lo que hay en el presupuesto no da para pagar el autobús hasta final de año. Pero no sabe hasta cuánto será necesario.

Una de las cuestiones clave en la cifra definitiva es el propio déficit que ya acarrea el servicio en sí y esa falta de pasajeros, que supondrá este año tener que asumir en 2022 un montante de 76,3 millones de euros, más del 60% del coste real de estos servicios, descontada la recaudación e incluyendo en este concepto autobús urbano, tranvía y líneas de los barrios rurales.

Pero preocupa más otro concepto como el del encarecimiento del combustible y la propia inflación que, en base a la experiencia de otros años, puede acarrear una revisión de precios con la empresa que, casi con total seguridad, superará los 5 millones de euros, aunque esa cifra Chueca aún no se atreve a estimarla. No tanto por lo que se puede calcular ahora como lo cambiante que puede ser en las próximas semanas. Fluctúa demasiado y no se descarta una cifra muy superior incluso.

Otros gastos adicionales

Pero también se suma que a las ayudas directas del Ministerio de Transportes «habrá que sumar otros 5,4 millones» que, inicialmente, deberá asumir el consistorio. De ellos, luego recuperará «4,2 millones», según los cálculos del servicio de Movilidad, por lo que faltará por cubrir los casi 1,2 millones de euros restantes. Suma y sigue a la cuenta con déficit.

Aún así, se da por hecho que las certificaciones de los meses de octubre, noviembre y diciembre se completarán a lo largo del primer semestre de 2023, por lo que irán con cargo al presupuesto del nuevo año y que los descuentos del 30% que de septiembre a diciembre se aplicarán supondrán para las arcas municipales otros 1,2 millones más.

Las cuentas no salen y habrá que modificar el presupuesto con el gasto adicional. Y no será la cuantía más elevada, la luz será superior, pero será millonaria y a descontar de otros gastos del presupuesto. Porque las obligaciones por contrato son innegociables.