Tan solo 15 locales comerciales de Zaragoza se han acogido a la bonificación fiscal aprobada el año pasado por el ayuntamiento por la cual pueden acogerse a una rebaja del IBI si los negocios están situados en calles afectadas por obras. La propia concejala de Hacienda, María Navarro, ha reconocido que se trata de una cifra baja y que esperaban más solicitudes, por lo que ha anunciado que en los próximos meses llevarán a cabo una campaña de comunicación para dar a conocer esta medida.
Además de las 15 solicitudes de rebaja que han sido aceptadas, otras tres se han desestimado por diferentes causas. Esta bonificación impulsada por el Gobierno municipal de PP y Cs se aprobó ya el año pasado para tratar de minimizar las afecciones económicas a los comercios cuya actividad se vea afectada y reducida por las obras en la vía pública. El descuento se aplicará en enero del 2023 y supondrá una rebaja de 530 euros de media por cada negocio.
La bonificación establecía una serie de rebajas en el recibo del IBI dependiendo del tiempo en el que los comercios estuvieran afectados por trabajos de reforma en sus calles. Así, si las obras duraban menos de tres meses, los locales pueden pedir un descuento de un 25% en este impuesto; si se prolongan entre tres y seis meses, el descuento puede ser del 50%; si duran entre seis y nueve, la rebaja es del 75%; y si las obras se extienden más allá de los nueve meses la bonificación llega hasta el 95%.
Es esta última bonificación, la del 95%, a la que se van a acoger, de cara al 2023, los 15 comercios que ahora han pedido rebajas en el IBI por estar afectados por obras. Todos los negocios se sitúan en calles afectadas por los trabajos incluidos en la llamada Operación Calles, como son la reforma de la avenida Navarra, la de Reina Fabiola, la de San Miguel y la de Félix Latassa.
Entre las condiciones establecidas para acogerse a la rebaja consta la necesidad de demostrar que la bonificación en el recibo del IBI se repercute en el recibo del alquiler a los negocios en el caso de que se trate de locales arrendados. Así, los propietarios de los establecimientos no pueden descontarse nada del impuesto si ellos mismos no bajan los costes para sus inquilinos o toman algún otro tipo de medida compensatoria.
