URBANISMO

850 viviendas permitirán cerrar la cicatriz de los suelos de Aceralia en El Picarral, Zaragoza

Los 159.080 m² de terreno, que llevan 21 años atascados, darán paso a una nueva zona residencial con 850 viviendas, 32.623 m² de zonas verdes, así como vivienda protegida, equipamientos y nuevos viarios públicos

Iván Trigo

Iván Trigo

El Ayuntamiento de Zaragoza parece haber dado con la tecla para desatascar una de las operaciones urbanísticas que llevan décadas enquistadas en la capital aragonesa. El alcalde, Jorge Azcón, y el concejal de Urbanismo, Víctor Serrano, han desvelado este lunes que el equipo de Gobierno va a plantear una modificación del Plan General (PGOU) para recalificar los suelos de la antigua factoría de Aceralia, en El Picarral, y construir hasta ahí 850 viviendas. También se crearán nuevas zonas verdes y se reservarán terrenos para futuros equipamientos municipales, si bien no hay nada definido sobre los usos definitivos que se les dará.

La modificación del plan se votará, de manera inicial, en la comisión de Urbanismo del próximo 19 de enero, si bien este será solamente el primer paso de un largo recorrido que diferentes equipos de Gobierno ya habían iniciado hasta ahora, pero que acabaron cayendo en saco roto. Corría el año 2002 cuando el consistorio, entonces dirigido por la conservadora Luisa Fernanda Rudi, y la siderúrgica Aceralia empezaban a negociar la recalificación de los suelos que desde los años 40 ocupaba la empresa en esta zona de la ciudad. 

El principal escollo que había hasta ahora era el visto bueno por parte de Saica, cuya fábrica colinda con los terrenos que ahora se van a recalificar. La multinacional tiene también suelos en esa pastilla y hasta ahora habían rechazado los proyectos que se han ido impulsando desde el ayuntamiento para regenerar la zona.

Planos del nuevo proyecto en el Picarral

Planos del nuevo proyecto en el Picarral / El Periódico de Aragón

El porqué es sencillo. Saica quería evitar la construcción de viviendas cerca de su factoría, puesto que los vecinos que fueran a vivir allí acabarían quejándose de la actividad industrial que desarrolla allí el gigante aragonés del papel. En un principio llegaron a plantearse hasta 2.344 viviendas, motivo por el cual Saica judicializó la recalificación de los suelos. El Supremo acabó dándole la razón a la empresa en 2012 y la modificación del PGOU se paralizó. Después, ya con ZeC al frente del ayuntamiento, estuvo a punto de cerrarse un pacto que rebajaba la previsión de construcción de viviendas hasta las 1.500, pero finalmente aquella propuesta tampoco vio la luz.

El proyecto actual, impulsado por el concejal de Urbanismo, contempla 850 viviendas, una cifra muy inferior que ha logrado aunar los intereses tanto de Saica como de los vecinos, que llevan años luchando para lograr la regeneración de esta zona de la ciudad, una de las cicatrices, junto con El Portillo, que más han incordiado en la malla urbana de la capital aragonesa.

Más de 125.000 metros cuadrados

En total, la parcela en la que se situaba la antigua fábrica de Aceralia (y otras 13 empresas) ocupa una superficie de 159.080 metros cuadrados. Está delimitada al norte por la avenida Alcalde Caballero, al oeste por el camino de los Molinos, al sur por la factoría de Saica y al este por las vías del tren y la calle Benjamin Franklin.

La modificación del PGOU planteada, y que deberán aprobar el resto de los grupos políticos en el consistorio, contempla que la edificabilidad total del área sea de 125.025 metros cuadrados, lo que son 850 viviendas, de las que un 10%, 85, serán para el ayuntamiento, si bien podrían permutarse por equipamientos u otros aprovechamientos.

Vista aérea de los suelos que ocupaba la antigua fábrica de Aceralia en Zaragoza, en el barrio del Picarral.

Vista aérea de los suelos que ocupaba la antigua fábrica de Aceralia en Zaragoza, en el barrio del Picarral. / AYUNTAMIENTO DE ZARAGOZA

También se baja la altura máxima de los edificios, que no serán de más de seis alturas más ático. Las zonas verdes ocuparán en total 32.623 metros cuadrados (casi cuatro campos de fútbol): una estará al norte y otra al sur, pegada a los terrenos de Saica, para crear una zona de transición y barrera entre la zona puramente industrial y la residencial. Además, el consistorio se reserva una pastilla de 15.946 metros cuadrados. El viario público ocupará otros 25.813 metros cuadrados.

Asimismo, Saica prevé levantar en la parte de los terrenos que son de su propiedad un nuevo edificio de oficinas que también sirva para separar la zona de fábrica, que es la que más molestias puede ocasionar, del nuevo parque y las futuras viviendas. "El acuerdo finalmente ha llegado. Tomos hemos cedido. Queremos demostrar nuestro compromiso social con esta ciudad y con el territorio aragonés en su conjunto", declaró Alejandro.

"El Gobierno de Aragón no es tan importante"

La propuesta del equipo de PP y Cs cuenta por tanto con el beneplácito de Saica, cuyo presidente, Ramón Alejandro, estuvo presente en el anuncio realizado por Azcón y Serrano. También acudió el presidente de la asociación de vecinos Picarral-Salvador Allende, Javier Artal, que aunque con reparos también ha mostrado su conformidad con el plan planteado por el alcalde y el concejal de Urbanismo.

La cuarta pata de este proyecto es la Sareb, el conocido como banco malo, quien es propietario de gran parte de los suelos afectados por la recalificación y que también ha formado parte del acuerdo formalizado entre el ayuntamiento, Saica y los vecinos.

No está en el acuerdo el Gobierno de Aragón, puesto que según Azcón, en el caso concreto de esta operación no necesitan el visto bueno de la DGA para poder sacarla adelante. «La competencia es municipal. El Gobierno de Aragón no es tan importante», bromeó, aunque sí que aclaró el alcalde que, como cualquier otro particular o empresa, el Ejecutivo autonómico podrá presentar alegaciones a la modificación del PGOU planteada .

Sí que ha estado en contacto el consistorio con otras empresas que ahora ocupan esos terrenos, como Prames, por lo que se prevé que estas no pondrán problemas.

Serrano, Azcón, Alejandro (Saica) y Artal (vecinos del Picarral), este lunes, mostrando el acuerdo alcanzado para dar salida a los suelos de la antigua factoría de Aceralia.

Serrano, Azcón, Alejandro (Saica) y Artal (vecinos del Picarral), este lunes, mostrando el acuerdo alcanzado para dar salida a los suelos de la antigua factoría de Aceralia. / AYUNTAMIENTO DE ZARAGOZA

Un largo proceso burocrático

Así se va despejando el futuro de estos suelos en El Picarral,lo que no significa que en el corto plazo vayan a verse grúas levantando nuevas viviendas. Primero deberá votarse en la comisión de Urbanismo la aprobación inicial y desde el PSOE municipal aseguran que el equipo de PP y Cs no se ha puesto en contacto con ellos para consensuar el proyecto.

No obstante, la portavoz de los socialistas, Lola Ranera (quien también es presidenta del distrito del Rabal), conoce los detalles del plan por parte de Saica, por lo que es previsible que la recalificación impulsada por Serrano cuente con una mayoría de votos en el ayuntamiento.

Después se abrirá el periodo para presentar alegaciones, estas se tendrán que resolver y, tras ello, la modificación del PGOU volverá a la comisión y al pleno para su aprobación definitiva. Superado ese bache, habrá que aprobar un plan parcial y la reparcelación de los terrenos, trámites necesarios para que algún día, la brecha que hoy son los suelos de la antigua fábrica de Aceralia pasen de ser un descampado descuidado a una parte más de Zaragoza.

Los tribunales han ido moldeando la idea original

El proyecto de recalificación presentado por el actual equipo de Gobierno es el último de los intentos en los últimos 20 años para dar una solución que cierre la cicatriz que supone el solar de los antiguos suelos de Aceralia en el Picarral. Con Rudi como alcaldesa, en 2002, comenzaron las conversaciones con la industria para darle una salida a los suelos. En 2004, ya con el PSOE y Belloch al frente del consistorio, cuando se llevó a término el primer plan para reconvertir la antigua zona industrial en una nueva zona residencial. Entonces el Gobierno de Aragón dio su visto bueno al plan municipal, que incluía la construcción de 2.344 pisos. 

Esa propuesta, a base de varapalos judiciales, se fue moldeando hasta que el Tribunal Supremo sentenció que esos suelos debían volver a ser industriales en 2012 tras judicializar Saica el asunto.

Con ZeC en el ayuntamiento, se intentó llegar a un acuerdo rebajando rebajando la previsión de viviendas que se iban a construir. Entonces se barajó levantar unos 1.400 pisos y el proyecto estuvo a punto de ver la luz, pero no fue así finalmente. Ahora, PP y Cs emprenden una nueva intentona.