MOVILIDAD URBANA

Zaragoza en mil mapas y promesas: del metro de Biel al tranvía y el fallido trambus

El PSOE revive la línea 2 cuando resuenan las ideas proyectadas en campañas anteriores. El PAR en 2007 prometió 75 kilómetros de subterráneo y el PP de Buesa se limitó a 36

Tranvía en circulación mientras se trabajaba para concluir con los trabajos de construcción de la línea 1.

Tranvía en circulación mientras se trabajaba para concluir con los trabajos de construcción de la línea 1. / EL PERIÓDICO

Iván Trigo

Iván Trigo

Los meses previos a las elecciones son siempre un buen momento para presentar propuestas novedosas con capacidad para transformar una ciudad. En el caso de Zaragoza, el PSOE ha recuperado el debate sobre la segunda línea del tranvía para conectar el eje este-oeste de la capital aragonesa. Desde el equipo de PP y Cs ya han advertido de que se trata de una «ocurrencia» que es «inviable económicamente», mientras que los socialistas afirman que pronto explicarán cómo financiarán esta infraestructura, cuyo coste se iría por encima de los 200 millones de euros.

No obstante, el debate sobre la segunda línea del tranvía se acerca mucho más a la realidad de lo que han estado otras propuestas que se han hecho en Zaragoza durante la precampaña: a mitad de los años 2000, cuando el dinero brotaba de todas partes, el debate no era si tranvía sí o tranvía no, era cuántos kilómetros de metro se prometían en el subsuelo de la capital aragonesa.

Fue allá por el año 2004 cuando la idea del metro zaragozano empezó a cobrar fuerza. Entonces se llegaron a proyectar dos líneas, con un coste de 522 millones de euros: una iría de norte a sur, desde Parque Goya hasta Valdespartera pasando por plaza Europa, el Coso, Puerta del Carmen y Goya; y otra de este a oeste circular desde la estación Delicias hasta el límite entre San José y Las Fuentes.

Entonces, la principal necesidad que se planteaba era conectar la recién inaugurada estación intermodal de Delicias con el resto de la ciudad, por lo que los proyectos fueron evolucionando, si bien también fue perdiendo fuerza. En 2005, el consejero de Obras Públicas del Gobierno de Aragón, Javier Velasco, retomó la idea anunciando una propuesta de línea de metro que cubría el eje este-oeste de la ciudad pasando por el centro de la misma. Estaría acabada en 2010 e iría en paralelo al túnel del Cercanías que sí que existe ya y que comunica la estación Delicias con el Portillo, Goya y Miraflores.

Pero en 2007 la cosa se tornó disparatada, seguramente al calor de las elecciones autonómicas y municipales. En marzo, dos meses antes de los comicios, el candidato del PAR a la Alcaldía de Zaragoza y a la presidencia del Gobierno de Aragón, un tal José Ángel Biel, propuso una red de 75 kilómetros de túneles de metro que se concretaron después en siete líneas (ver el mapa sobre estas líneas) con las que Biel hizo campaña.

La propuesta del metro de Biel.

La propuesta del metro de Biel. / EL PERIÓDICO

La propuesta era que el 70% del metro fuera soterrado y el 30% restante en superficie y había tramos que unían, por ejemplo, la plaza del Pilar con la plaza España, un recorrido que andando cuesta poco más de 5 minutos. El 100% de la red estaría ejecutada en 20 años.

Un mes después, el candidato del PP, Domingo Buesa, hizo su propia propuesta: 36 kilómetros de metro en seis años, es decir, menos ambiciosa en la longitud pero más cortoplacista. Presentó la idea junto al que por aquel entonces era el alcalde de Madrid, Alberto Ruiz Gallardón y lo curioso es que se comprometió a que, una vez iniciada la construcción del subterráneo, los túneles crecerían en 46 metros cada día. Ni uno más ni uno menos.

El tranbús del PP

Pero el PP no ganó las elecciones y Belloch, quien también llegó a prometer el metro en 2006, siguió al frente del consistorio. En 2008, año mágico por la Expo, se presentó el estudio de viabilidad de una línea de metro este-oeste que 586 millones de euros, lo que son cuatro Romaredas. El proyecto fue evolucionando y definiéndose conforme pasaban las campañas electorales pero llegó la crisis y un 15 de julio de 2011, la concejala de Movilidad del consistorio, Carmen Dueso, descartó definitivamente la implantación del metro en la ciudad. El tranvía, que ya había existido en la ciudad, se erigió como la solución para Zaragoza.

Pero al PP aquello de los railes jamás le convenció y en 2015, con Eloy Suárez como candidato a la Alcaldía, prometió en campaña cubrir el eje este-oeste con trambuses: buses de gran capacidad (166 personas) que dispondrían de prioridad semafórica pero por los que no sería necesario levantar la ciudad para insertar raíles.

Suárez no ganó y fue ZeC, con Pedro Santisteve a la cabeza, quien se hizo con la Alcaldía, impulsando de nuevo la idea de la línea 2 del tranvía. Los estudios de los recorridos y el coste se hicieron pocos meses antes de las elecciones y al llegar el PP al ayuntamiento lo aparcó todo. En estos últimos cuatro años, la principal mejora del transporte público ha sido la compra de buses eléctricos: iguales que los de antes pero cero emisiones. Ahora que se acerca la campaña, surgirán nuevas propuestas y promesas. El PP lo hará en breve. El PSOE ya ha dicho que apostará por el tranvía. Y Podemos plantea cubrir el eje este-oeste con vehículos eléctricos de gran capacidad con prioridad. Del metro, eso sí, ya nadie habla.