El abandono de perros se dispara un 21% en tan solo un año

El centro animal del Ayuntamiento de Zaragoza recibe cinco llamadas diarias

Un 70% de los canes son razas de «manejo particular», los que menos se adoptan

Dos cachorros recién llegados al Centro de Protección animal del Ayuntamiento de Zaragoza.

Dos cachorros recién llegados al Centro de Protección animal del Ayuntamiento de Zaragoza. / Jaime Galindo.

Inma Marín Soriano

Inma Marín Soriano

Se dice que el perro es el mejor amigo del hombre. Una frase popular que cualquiera que haya disfrutado de la compañía de esta mascota bien podría confirmar. Pese a ello, la tasa de abandono sigue creciendo año tras año y se acentúa en determinados momentos, como las navidades o el verano. El Centro de Protección Animal del Ayuntamiento de Zaragoza no da abasto y la llegada de canes abandonados se ha disparado un 21% respecto al año anterior. Ya son 170 los animales que han acogido estas instalaciones públicas, frente a los 140 del año pasado por estas mismas fechas estivales.

La Unidad de Protección Animal alberga en sus instalaciones a 199 peludos que esperan a una familia. Una espera que puede ser interminable para algunos canes. De los casi 200 perros, 95 se encuentran en las propias instalaciones municipales de La Cartuja y 104 en guarderías externas.

Abandonos injustificados

Las causas del abandono son varias. Tradicionalmente se observaba un incremento de esta problemática durante los meses de verano, cuando su compañía se convierte en un problema durante los periodos vacacionales. Sin embargo, según apunta Alba López Fernández, jefa de la Unidad de Protección Animal del Ayuntamiento de Zaragoza, se está detectando un cambio en la tendencia. «Siempre se había registrado un pico durante el periodo de verano o tras las navidades, pero ahora el abandono se ha convertido en una práctica continua durante todo el año», alerta.

El centro de protección animal municipal recibe una media de cinco llamadas diarias para dejar animales en sus instalaciones. «Por suerte, no todos los perros terminan en nuestro centro porque procuramos darles alternativas al abandono, como su internamiento en guarderías externas o, en el caso de que tengan problemas de conducta, les derivamos a profesionales para que los adiestren», explicaba López.

Un perro se refresca en una piscina del centro municipal de La Cartuja.

Un perro se refresca en una piscina del centro municipal de La Cartuja. / ángel de castro.

Abandonar esta penalizado y todos aquellos que llevan a sus mascotas al centro tienen que pagar una multa de 250 euros.

Entre los motivos que se observan desde la Unidad de Protección Animal destacan la presencia de camadas no deseadas, problemas de comportamiento en los perros, circunstancias personales en los dueños como, por ejemplo divorcios, cambios de trabajo o nacimiento de hijos. También entran en juego los factores económicos, el fin de la temporada de caza, las mudanzas o, simplemente, la pérdida de interés hacia el animal. 

La mayoría de los canes que se encuentran en protectoras o centros de acogida son animales adultos. Esto se debe a que muchas personas adoptan o compran perros cuando son cachorros y resultan más entrañables y simpáticos, pero cuando crecen eluden la responsabilidad de seguir cuidando del animal porque requiere de mayor atención.

Entre las razas que mayor tasa de abandono animal sufren se encuentran los recientemente denominados perros de «manejo particular» ---antes llamado Perros Potencialmente Peligrosos (PPP)-- por la Ley de Protección Animal publicada en marzo de este año y que entrará en vigor en septiembre. De los 199 perros que el servicio municipal tiene bajo su cuidado, un 70% los son. 

Si bien es cierto que desde la Unidad de Protección Animal no han observado que la reciente aprobación de la Ley de Bienestar Animal haya influido en la decisión de adoptar un perro, sí ha suscitado cierta inquietud entre las personas que poseen animales, puesto que es obligatorio registrarlos como animales de compañía y no se pueden dejar sin supervisión más de 24 horas consecutivas. Además, todos los dueños deben realizar un curso de tenencia responsable.

Caen las adopciones

En cuanto a las adopciones, la cifra se mantiene respecto al año anterior, 155, aunque desde la protectora explican que durante el verano las acogidas se frenan de forma drástica. «La gente espera a la vuelta de vacaciones para adoptar y es por ello por lo que el verano es especialmente crítico para los centros, porque siguen entrando perros pero salen muy pocos», lamenta López. Asimismo, los perros que necesitan un manejo particular, anteriormente denominados como perros potencialmente peligrosos, así como aquellos más mayores o con carácter miedoso son los que menos se adoptan.

Desde la Unidad de Protección Animal piden sensibilización entre la población. Los animales se encuentran perfectamente cuidados en el centro, sin embargo, no se les puede dar la misma atención personalizada ni el cariño que tendrían en una familia. 

Las cifras reflejan que falta mucho en cuanto a concienciación y sensibilización sobre la tenencia y cuidad de un animal. «Se cogen animales por impulso, ilusión y capricho y cuando dan problemas o les supone un incordio ya no los quieren», sentencia la jefa de la Unidad de Protección Animal.

 «Mucha gente aún no tiene claro que una gato o un perro puede vivir 15 años, que puede tener problemas de comportamiento o enfermedades. Las mascotas deberían entenderse como un miembro más de la familia y no un mero objeto del que uno se puede deshacer cuando quiere. Además, aunque en el centro se les proporciona todos los cuidados que necesita nunca va a ser el calor de un hogar, que es lo que la mayoría de ellos quieren», subraya, y anima a reflexionar sobre la responsabilidad que supone cuidar de un animal. 

Hay que tener en cuenta que la tenencia de mascotas supone un importante gasto económico, y requiere de unos cuidados especiales que obligan a adaptar hábitos de vida. Para empezar, los perros deben salir a pasear y correr al menos dos veces al día, recibir las vacunas anuales correspondientes y una atención diaria.