URBANISMO

La plaza nueva de Giesa en Zaragoza, llena de basura y vandalizada diez meses después de su estreno

Este espacio urbano del barrio de Montemolín, en Las Fuentes, se creó con una inversión de 100.000 euros y se abrió al público el pasado mes de enero, pero hoy ofrece una imagen deplorable con basura acumulada por todos los rincones, papeleras sin vaciar desde hace tiempo y vandalizada en su mobiliario y cartelería.

El Periódico de Aragón

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"Hace tres años, este espacio era un foco de degradación y suciedad". Así se presentaba el responsable de urbanismo de Zaragoza, Víctor Serrano, el pasado mes de enero la urbanización del espacio interior de la antigua fábrica de Giesa, en el barrio de Montemolín de Zaragoza. Se había reconvertido en una nueva plaza ciudadana con zonas de juego infantil y un campo para jugar a fútbol. Se invirtieron 100.000 euros y suponía la transformación de 4.200 metros cuadrados de superficie en un nuevo punto de encuentro en el distrito de Las Fuentes abierto a los vecinos.

Pues bien, la imagen que ofrece este jueves, solo diez meses después de aquella inauguración es sencillamente deplorable por la falta de cuidados por parte del propio consistorio. Con basura por todos lados, grafitis, daños en bancos, cartelería e instalaciones de juegos... Solo han pasado diez meses y se ha esfumado esa imagen idílica en un espacio que parece estar olvidado por los servicios de limpieza y conservación municipales.

El esfuerzo inversor en la antigua fábrica bien merecía más mimo. Al fin y al cabo se llegaron a destinar cerca de 600.000 euros en unos trabajos iniciados en 2019 y que supuso sacar de este entorno más de 4.000 toneladas de basura y escombros, así como el impulso de un ambicioso plan director que estaba cifrado en 18 millones de euros que dependía de la obtención de fondos europeos.

El consistorio presentó una primera fase del proyecto de 9 millones de euros, de los cuales consiguió un tercio de financiación desde Europa con los que "se está trabajando en perfilar actuaciones", remarcan fuentes municipales.

Pero esta inyección económica es hoy el menor de sus problemas. Basura amontonada en muchos de sus rincones, papeleras a rebosar de desperdicios que se nota que nadie los ha recogido en mucho tiempo, grafitis por todos lados y mobiliario y cartelería vandalizada, vegetación que se expande libremente fuera del alcorque porque nadie la está cortando... No es precisamente el cuidado que se esperaba en este nuevo espacio urbano que costó mucho rescatar del olvido y en el que se dedicaron centenares de miles de euros de las arcas públicas. Desde el ayuntamiento indican que ya se ha hado orden para limpiar la plaza.