MEJORA DE INFRAESTRUCTURAS ESCOLARES

El Ana María Navales pone en marcha un calendario reivindicativo

La AMPA publicará diariamente fotos de los desperfectos del centro

El termómetro marca 15 grados en algunas aulas del CEIP Ana María Navales, que no tienen calefacción.

El termómetro marca 15 grados en algunas aulas del CEIP Ana María Navales, que no tienen calefacción. / EP.

El Periódico de Aragón

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La AMPA del colegio de Educación Primaria e Infantil (CEIP) Ana María Navales de Zaragoza ha preparado un calendario de adviento para el mes de diciembre de lo más reivindicativo. Se trata de un repaso día a día, a través de fotos que se publican en sus redes sociales, de todas las deficiencias con las que conviven en el centro alumnos y profesores. La iniciativa estará vigente hasta el próximo 22 de diciembre y culminará con una protesta frente al Departamento de Educación del Gobierno de Aragón.

El centro Ana María Navales lleva en lucha desde 2020, año en el que su alumnado comenzó a ir a clase en espacios cedidos en el CEIP Arcosur, posteriormente en aulas prefabricadas y ha sido en este curso, por fin, en el que han podido «estrenar» su ansiado colegio.

Sin embargo, las circunstancias del nuevo colegio no son las propias de un centro nuevo. Los más de 250 alumnos junto a su profesorado tienen que soportar unas «pésimas condiciones» de seguridad que están vigentes desde el primer día.

Por ello, el primer día del curso escolar, el pasado 7 de septiembre, las familias llevaron a cabo una protesta masiva frente al Departamento de Educación bajo el lema: «Cole sí, pero no así».

Tres meses después de la apertura del colegio, los niños y profesores continúan dando clases en un edificio a medio terminar con múltiples riesgos para los menores. Conviven con las obras de las aulas actuales que todavía están finalizando los albañiles. Esto conlleva que diariamente reciban clases con contaminación acústica procedente de dichas obras.

Además, fruto de esta peculiar convivencia algunos niños han llegado a sufrir daños. «Hay herramientas de los albañiles por los pasillos, suciedad, varillas de soldadura, tornillos, escombros y colillas por las zonas de uso de los alumnos y algún niño ha llegado a cortarse porque los albañiles dejan lo que sea por el suelo y ellos lo cogen», explica la presidenta de la AMPA del CEIP Ana María Navales, María Pilar Fidalgo.

Por si esto fuera poco, el colegio tiene muchas otras carencias que afectan directamente a la educación de los alumnos. El centro no dispone actualmente de una sala de psicomotricidad para que los niños puedan realizar educación física. La sala está siendo usada para albergar dos clases de primaria. Asimismo, todavía no está concedido el permiso definitivo del gas, por lo que algunas clases no disponen de calefacción, que además los propios profesores no pueden controlar el termostato. Solo disponen del control de la aerotermia, por lo que hay clases que están a 15 grados y otras a 20 grados.

Pero esto no es lo único sino que hay un sinfín de «chapuzas» más. «Hay goteras en algunas ubicaciones del colegio, falta la canalización de aguas, en el porche hay hierros que se están oxidando, mosquiteras pegadas con cinta aislante, placas translúcidas mal selladas que hacen que entre el frío, puertas desniveladas, tomas de agua para el recreo...», asegura María Pilar Fidalgo.

Y como vale más una imagen que mil palabras diariamente la AMPA subirá fotografías de estos desperfectos a sus redes sociales. «El equipo directivo y docente es maravilloso y están haciendo todo lo posible para llevar el proyecto educativo en estas condiciones. Pero a mí, como madre, que la consejera de Educación Claudia Pérez Forniés diga que el colegio está en perfectas condiciones pese a que durante tres meses no se han arreglado estas deficiencias, me indigna», suscribe la presidenta de la AMPA.