Zaragozeando

La juventud se hace cargo de los problemas de siempre del barrio de San José

La asociación vecinal de San José cumple 50 años y lo hace renovando su junta directiva. De los diez miembros, nueve tienen menos de 35 años, una excepción dentro del movimiento asociativo de los barrios

Paco Luján y Chuse Murillo, en la sede de la asociación vecinal de San José, en la calle Ventura Rodríguez.  | JAIME GALINDO

Paco Luján y Chuse Murillo, en la sede de la asociación vecinal de San José, en la calle Ventura Rodríguez. | JAIME GALINDO / IVÁN TRIGO

Iván Trigo

Iván Trigo

El zaragozano barrio de San José, con más de 63.000 habitantes, es uno de los más envejecidos de la capital aragonesa. Es también uno de los distritos tradicionales y obreros de la ciudad, en los que las necesidades de sus vecinos han ido evolucionando, pero no desapareciendo. «La problemática con los trabajos era la misma en los 70 y en los 80 que ahora. Necesitamos trabajos no precarios que nos permitan acceder a una vivienda y vivir en nuestros barrios», cuenta Paco Luján, de 32 años, recién elegido presidente de la asociación vecinal de San José, una organización que cumple este 2024 50 años de vida.

En la sede de la asociación, en la calle Ventura Rodríguez, a la altura del número 12, Luján aprovecha la tarde del viernes para tomarse una cerveza junto con Chuse Murillo, el nuevo secretario y responsable de Cultura de la entidad. «Tengo 53 años. Soy el que sube la media. El resto tienen todos menos de 35 años», ríe Murillo. Y es que la nueva junta directiva de la asociación es toda una rara avis dentro del movimiento vecinal. Los jóvenes han dado un paso adelante para encargarse de los problemas de sus convecinos.

«Este es un barrio muy envejecido, y es cierto que desde la perspectiva de los jóvenes hay muchos problemas que afectan a los mayores, como la movilidad o la soledad no deseada, en los que no pensábamos. Y nosotros, al mismo tiempo, somos expulsados de los barrios en los que hemos nacido por nuestra precariedad. Nuestra idea es abarcar el legado de los mayores y los jóvenes para poder mejorar el barrio», explica Luján.

Reclamaciones

La nueva junta directiva acaba de tomar posesión y todavía están haciéndose a su nuevo papel. «Oye, una cosa», le espeta a Luján un nonagenario sentado en una de las mesas del bar de la asociación vecinal. «No hay un solo banco en toda la avenida San José. Y yo, que ya soy mayor, no puedo andar más de 50 metros sin parar a descansar. Se lo hemos reclamado ya al ayuntamiento, pero tenéis que visibilizar el problema. Si no nos van a hacer caso», pide el abuelo. «Me lo apunto, tiene toda la razón», responde Luján.

Él, junto a Murillo y Rubén Aso, quien ejerce de tesorero (32 años), cuentan que su objetivo es «convertirse en la referencia de los vecinos del barrio». «Que cuando necesiten algo acudan a nosotros», dicen, a sabiendas de que la responsabilidad que han afrontado les va a llevar mucho tiempo.

«Creo que todavía no sabemos dónde nos hemos metido», comentan mirándose entre los tres. Aún así, se muestran convencidos: «Creemos que este era el momento de dar un paso al frente», porque la gente joven, opinan, no puede quedarse al margen de los problemas que les rodean y les afectan.

«Uno de nuestros objetivos es precisamente conseguir implicar a algunos sectores que actualmente están alejados del asociacionismo, como los jóvenes. Es importante atraerles y que conozcan las luchas cotidianas que forman parte de su realidad», opina Aso.

Atraer con la cultura

Y para conseguir atraer a los jóvenes hasta la asociación, uno de los instrumentos que van a utilizar es la cultura. «Es una solución ideal para que la gente nos conozca t se acerque al local», dice Luján. Por ello, desde hace ya algunas semanas, organizan conciertos en la asociación cada sábado. «Un veterano de la junta directiva anterior se quedó maravillado cuando entró y vio a diez chavales aquí. Ahí nos dimos cuenta de que debíamos hacernos cargo», añade el nuevo presidente.

La asociación vecinal de San José nació hace medio siglo a raíz de una problemática «muy concreta», el cubrimiento de las acequias que discurrían por las calles del barrio. «En 1973 murió ahogada una menor y esa fue el detonante. Hoy no pedimos el cubrimiento de las acequias, tenemos otros problemas, pero los tenemos», dice Luján.

Una de las protestas organizadas por la asociación vecinal del barrio.  | ASOCIACIÓN  VECINAL DE SAN JOSÉ

Una de las protestas organizadas por la asociación vecinal del barrio. | ASOCIACIÓN VECINAL DE SAN JOSÉ / EL PERIÓDICO

Entre todas las necesidades destacan la mejora de la movilidad dentro del barrio, la construcción de un nuevo centro de salud, la precariedad y la falta de alquileres asequibles, entre otros. «Lo primero es cubrir las necesidades básicas de nuestros vecinos, luego ya habrá tiempo para florituras. Pero somos conscientes de que las pequeñas cosas, como el señor que pide bancos o la mujer que protesta por una baldosa rota en su calle, también son importantes», asumen los tres mientras asienten. «Hay muchas calles del barrio que necesitarían algo más que una mano de pintura. En la calle Puente Virrey, por ejemplo, hay un tramo de acera medio caído», dice Aso.

En la sede de la asociación también imparten todo tipo de cursos y talleres. «Queremos ser un punto de encuentro en el barrio y ayudar a tejer redes de apoyo entre los vecinos», dicen. Y es que el loable objetivo de todo movimiento asociativo no es otro que demostrar que lo colectivo, lo común, más allá de las individualidades, soportan una sociedad plagada de injusticias que cuesta mucho revertir. «Tenemos mucho trabajo por delante, pero era necesario que entrara sangre nueva y darle empuje», zanjan. Suerte.