BOH.CAFFÈ: "Buscamos ser una pausa que se refleja a nivel estético"

En esta cafetería, ubicada en la calle de Francisco Vitoria de Zaragoza, la calidad del producto viene acompañada por el diseño del local

Al pasear por la calle de Francisco Vitoria de Zaragoza es fácil pasar por delante de un local pequeño pero acogedor, con una estética minimalista y moderna, con una puerta que se abre y cierra continuamente. Se trata de BOH.CAFFÈ, un proyecto de los diseñadores Alba Antón y César Mercadal, donde se combinan productos de calidad con un espacio que invita a la relajación y el buen ambiente.

La idea, cuentan los propietarios, surgió de sus numerosos viajes alrededor del mundo. Para ellos, el lugar en el que comen es casi tan importante como el plato en sí mismo y siempre tratan de buscar locales que "aporten estéticamente". Italia, sobre todo Milán, ha sido su gran inspiración, hasta el punto de que ha dotado de nombre a su negocio: 'Boh' es una expresión italiana que significa 'no lo sé'.

"El tema del diseño en Italia es muy potente", cuenta Mercadal. Esa influencia del país vecino se transformó en un reto para ellos: una cafetería en la que la calidad del producto armonizara con el ambiente que otorga el local. Desde que abrieron las puertas de BOH.CAFFÈ por primera vez en noviembre de 2023, han hecho todo lo posible por dotarlo de su propia personalidad y mensaje.

"Buscamos que el espacio sea acogedor, con un buen aroma, con buena música, y buen producto ―resume Mercadal―. No va a ser el mejor local, pero todo el conjunto hace que sea una buena experiencia". Su mayor reto como diseñadores se les planteó nada más empezar, debido al reducido espacio del local. Necesitaban obtener el ambiente que deseaban "sin nada excesivamente recargado".

Aprovecharon el tamaño para dar sensación de recogimiento y su acústica para poder poner música de ambiente "sin ser agobiante", además hicieron uso de los claroscuros para dotar de profundidad al espacio. "Buscamos ser una pausa, un lugar tranquilo y relajado, y plasmarlo a nivel estético", cuentan.

No quieren ser "una cafetería al uso". Pese a que tienen mesas, aseguran que se centran mucho más en el modelo "para llevar". Sus principales clientes son los trabajadores de la zona que aprovechan sus 10 minutos de descanso para venir a por un café, y que, en el medio año que llevan abiertos, ya se han convertido en regulares.

El mérito también está en su carta. Han apostado por una repostería vegana no muy costosa y que varía de forma diaria. Además, sus diferentes cafés y tés pueden acompañarse con todo tipo de leche, incluida la leche de vaca. "Somos conscientes de que hay que dar un servicio general —explican—, tenemos que escuchar a nuestro barrio".

No quieren que su proyecto interfiera con su trabajo de diseñadores en ALCE Studio, su principal empleo y vocación, por lo que no creen que vayan a abrir por las tardes en un futuro cercano. No obstante, sí que se plantean la expansión a través de una terraza, nuevos productos o un servicio a domicilio: "Queremos seguir creciendo y que la gente nos conozca un poquito más".