Elecciones europeas

Abascal defiende el trasvase del Ebro en Zaragoza

El presidente de Vox asegura en la capital aragonesa que su partido defiende lo mismo en toda España, "no como los demás"

En el mitin electoral celebrado frente a la Delegación del Gobierno, el líder de la extrema derecha se olvidó de enunciar las propuestas para Aragón, más allá de celebrar la derogación de la ley de memoria

Las propuestas, enumeradas por el cabeza de lista, el ultra Jorge Buxadé, se resumen en la confrontación de la Agenda 2030, del Pacto Verde y de la "inmigración ilegal"

Santiago Abascal, durante el mitin de Vox en Zaragoza de este lunes.

Santiago Abascal, durante el mitin de Vox en Zaragoza de este lunes. / Miguel Ángel Gracia

Alberto Arilla

Alberto Arilla

Había sucedido en la configuración de las listas para los comicios europeos del próximo 9 de junio y ha vuelto a repetirse. En su mitin central en Aragón, celebrado ante cerca de un millar de personas frente a la Delegación del Gobierno, a Vox y a su presidente, Santiago Abascal, pareció olvidárseles las propuestas de la formación para la comunidad aragonesa de cara a la próxima cita electoral. Tampoco había banderas aragonesas –ni europeas– en el acto, más allá de las que presiden el edificio de la Delegación, situado en la foto sobre los hombros de los oradores.

Sí había hablado previamente Abascal ante los medios de un asunto crucial para los aragoneses, el del agua, en un momento crítico para el campo con la sequía martirizando cosechas que van camino de su tercer año sin salir a flote. Y lo hizo con una postura muy clara: el sí rotundo a la «interconexión de cuencas» y a los «trasvases». «Nosotros defendemos lo mismo en Ciudad Real, Murcia y Zaragoza, no como los demás», añadía.

En cuanto al mitin, la participación aragonesa se limitó a dos breves discursos de Santiago Morón, portavoz de la ultraderecha en las Cortes y que animó a los presentes a votar a Vox frente a las «malas copias», y de Alejandro Nolasco, vicepresidente de la DGA, quien hizo repaso a los logros del Ejecutivo PP-Vox durante sus primeros meses. Especialmente vitoreado, eso sí, cuando hizo referencia a la «derogación de la sectaria ley de memoria democrática», que su partido ha logrado llevar a cabo «de una maldita vez». Y, para no decepcionar a nadie, Nolasco prometió eliminar el catalán del listado de lenguas propias.

Minutos más tarde, Abascal recogió el guante y celebró que en Aragón «no haga falta una ley de concordia», ya que, dijo, Vox no quiere «imponer» a los españoles una forma de pensar sobre la República, la Transición o, y aquí viene lo más curioso, sobre el «régimen previgente». Se entiende, pues, que se refería al franquismo, al que evitó nombrar ni, por supuesto, calificar como dictadura.

Distanciamiento del PP

Entrando en harina, y pese a que las propuestas fueron más nacionales que autonómicas, Abascal insistió en marcar distancia con el líder popular, Alberto Núñez Feijóo, al que calificó de «derechita cobarde y estafadora», remarcando que populares y socialistas han votado conjuntamente «el 90% de las propuestas» del Parlamento Europeo.

También hubo críticas, cómo no, para Pedro Sánchez, al que recriminó la dotación de 1.000 millones para Ucrania, «que los españoles no tenemos», y su postura en la «guerra» entre Palestina e Israel. En cuanto a la «señora del presidente» (sic), Begoña Gómez, Abascal reafirmó lo dicho por Milei y por ellos mismos durante las últimas semanas, acusándola de «corrupción».

No menos duro fue Jorge Buxadé, cabeza de lista para las europeas y representante del ala más radical del partido, quien se encargó de enumerar las propuestas que Vox llevará a Europa. Concretamente, las resumió en tres: derogación de la Agenda 2030, derogación del Pacto Verde y reforzar las fronteras contra la «inmigración ilegal». Buxadé respondió asimismo a Feijóo, que se ha mostrado abierto a pactar con la ultra Giorgia Meloni: «No se emocione, Meloni es 'una di noi'. La camaradería se la da a Abascal, porque son amigos desde el inicio de sus proyectos».

Por último, Buxadé hizo una loa a la «libertad», pero no a una cualquiera, sino a la «libertad para hacer cosas buenas». A saber: «No para mentir, adoctrinar o ensuciar el alma de nuestros chavales». Y, tras los vítores y las últimas palabras de Abascal, quien incluso parece moderado al lado de su compañero de partido, el himno de España cerró un mitin en el que, una vez más, Aragón pasó a un segundo plano.