Los Juegos Olímpicos de Invierno se han convertido en el día a día para el alcalde de Barcelona, Jordi Hereu. El próximo lunes viaja a Madrid en busca del apoyo del Gobierno central. Expedición organizada ayer mismo y que obligó a modificar la agenda del primer edil catalán. Tras recabar el respaldo del Ejecutivo de Zapatero, Hereu tiene previsto acudir a Zaragoza, aunque ayer ni en el consistorio ni en la DGA sabían nada del asunto. Aquí se reunirá con su homólogo, mantendrá encuentros con la prensa y dará las explicaciones pertinentes.

La irrupción de Barcelona en la carrera olímpica ha tenido un efecto reactivo en Aragón. Ayer mismo se produjeron conversaciones entre el Ayuntamiento de Zaragoza y el Gobierno de Aragón y se acordó acelerar la constitución del consorcio que definirá el proyecto de los juegos invernales. Estaba previsto crearlo en febrero, pero finalmente se hará entre la próxima semana y la siguiente. El objetivo, ir siempre por delante aprovechando que la candidatura aragonesa lleva tiempo gestándose y está ya lanzada.

Gobierno y ayuntamiento moverán sus fichas para no dejar espacios al rival. Consideran que es Barcelona la que debe mover ficha y propiciar un encuentro. En en contexto debe entender la visita de Hereu a Zaragoza. Servirá también para firmar el pacto de no agresión entre las dos candidaturas. Ambos alcaldes hablaron ya por teléfono tras conocerse la noticia. Ya entonces el mensaje fue el de la concordia para evitar confrontaciones que a buen seguro debilitarán a ambas ciudades. Los mismos gestos podrían repetirse en el encuentro que se mantendrá en la capital aragonesa. Allí se escenificará la deportividad y el espíritu olímpico de los dos. Aunque luego, dicen desde el entorno de los ediles, cada uno trabajará para que gane su ciudad.

De todas formas la fecha y la agenda que tendrá Hereu en Zaragoza está todavía por cerrar. Ayer mismo en el ayuntamiento zaragozano se desconocía la intención del alcalde barcelonés de visitar Aragón. No es extraño. El edil catalán se ha visto obligado a modificar parte de su agenda, a adaptarla a la que se ha convertido en su principal prioridad, la consecución de las olimpiadas.

OPTIMISMO Mientras, en Aragón se continúa insistiendo en los mensajes de ánimo y reafirmación de las posibilidades de la candidatura zaragozana para hacerse con el triunfo. Se da por seguro el apoyo del Comité Olímpico Español, sustentado y afianzado por 20 años de trayectoria y por los múltiples e infructuosos intentos de Jaca para convertirse en sede de los juegos de invierno. Aunque el malestar es evidente en el entorno del consistorio y del Gobierno de Aragón. Nadie avisó del anuncio, algo que "por deferencia" debería de haberse producido. El presidente Marcelino Iglesias mandaba ayer un mensaje claro: "A veces no es fácil llevarse bien con los vecinos".

Iglesias reconoció que no haber mantenido conversaciones con "nadie". "Ni siquiera me han llamado antes ni me han llamado después", dijo el presidente del Ejecutivo, quien no quiso calificar la actitud de Barcelona de desleal, ante la insistencia de los periodistas. "Tenemos los vecinos que tenemos, eso no lo podemos cambiar", sentenció casi resignado. A pesar de ello, reconoció que le hubiera gustado tener el apoyo de Cataluña. "No lo tenemos, pues competiremos", anunció. Y presagió, se hará "deportivamente y la candidatura aragonesa ganará". Porque en deportes de invierno, en nieve, en montaña y en tradición olímpica "Aragón no va a actuar con ningún tipo de complejos con nadie".