La comisaría de la Unidad Adscrita del Cuerpo Nacional de Policía en Aragón se ubicará, como adelantó este diario, en Ranillas, pero finalmente será en el espacio que ocupaba el pabellón de México --en las esquina junto al Palacio de Congresos-- en la Expo. Los trabajos de construcción se alargarán al menos un año, pero el alquiler supondrá una considerable rebaja respecto a la actual comisaría ubicada en un bloque de viviendas de Cesáreo Alierta. "Pagaremos alquiler, pero al propio Gobierno, así que todo queda en casa", explicó ayer el consejero de Política Territorial e Interior de la DGA, Antonio Suárez.

El consejero hizo este anuncio en la presentación del nuevo comisario de la unidad, Fernando Oliván, que comprobó de primera mano las carencias de espacio y seguridad de las actuales instalaciones --con una puerta que da a un rellano de vecinos, por ejemplo--, pero se mostró ilusionado con su cargo. "Mi objetivo es que se vea a la Unidad Adscrita, su labor. Afronto esta etapa con ilusión, en una unidad formada por funcionarios muy competentes", aseguró.

Oliván, de 60 años, llega en sustitución de José Luis Lázaro --que asume la jefatura policial en Canarias--, tras tres años como jefe de la Brigada Provincial de Extranjería en Zaragoza. Su carrera ha estado muy vinculada a Aragón, desde que estuviera destinado en 1974 en Jaca, pasando por la jefatura de Seguridad Ciudadana de Huesca o la de la comisaría de Calatayud, en el 2005.

En su presentación, el nuevo comisario confió en poder contar este año con los 200 efectivos con los que la Unidad Adscrita debería estar dotada desde su creación. El consejero Suárez aseguró que, tras cubrir las 40 vacantes que salieron recientemente a concurso --quedan siete-- habrá una segunda fase de refuerzo de 22 plazas, de cara a septiembre, y para final de año espera que se cubran "otras 39 que antes eran de segunda actividad con destino", con lo que quedaría completo el proyecto inicial.