Reducir el precio del transporte urbano en las franjas horarias con menos usos. Con esta propuesta, el vicealcalde de Zaragoza, Fernando Gimeno, abrió ayer el debate sobre los nuevos modelos de progresividad en las tarifas que quiere implantar el consistorio zaragozano. Y Gimeno fue más allá de la gradación en el precio del transporte público según la renta, una iniciativa que Zaragoza estrenará el 1 de enero del 2014, cuando se apliquen las nuevas tarifas, apuntando la posibilidad de reducir el precio del billete en los momentos del día en los que se producen menos usos. Una opción que ofrece la tarjeta ciudadana a nivel técnico y que, además, contribuiría también a autorregular la afluencia al transporte público.

El anuncio se produjo durante la presentación a los medios del proyecto Mi ciudad inteligente, una iniciativa promovida por la Red Española de Ciudades Inteligentes, por la que dos geógrafos recorren distintas localidades del territorio nacional y analizan su grado de desarrollo tecnológico. Precisamente, la tarjeta ciudadana fue una de las iniciativas que conocieron los dos científicos y, en este contexto, Gimeno avanzó sus posibles usos a medio plazo.

"No tiene fecha de aplicación, pero sí de estudio", afirmó el también teniente de alcalde de Economía y Hacienda del consistorio, que, de hecho, ya detalló que en ningún caso se pondría en marcha el próximo año y ni siquiera en esta legislatura. No obstante, será una de las vías que explorará el consistorio técnicamente para poder desarrollarla en un futuro.

EN ALGUNAS HORAS De este modo, se reduciría el precio del bus y del tranvía en unas determinadas franjas horarias para fomentar que los ciudadanos se desplacen a esas horas y así evitar los episodios de colapso que se producen en el transporte público en las horas punta.

De este modo, el objetivo es aprovechar las posibilidades tecnológicas que ofrece la tarjeta ciudadana para estudiar quiénes son las personas que utilizan bus y tranvía a las horas de mayor influencia y qué porcentaje de estos usuarios podría desplazarse en otro momento. "Hay gente que seguro que a precio más barato estará dispuesta a desplazarse a otras horas", indicó Gimeno, poniendo como ejemplo a los parados. En principio, no se plantearía subir el precio en ninguna franja horaria, sino bajarlo en aquellas en las que el uso es menor.

SIN PREVISIÓN Aunque esta vía de aplicación de la progresividad está "en estudio", por el momento no está en agenda municipal ni se planteará a principios de año. De hecho, tal y como detalló Gimeno, la única opción tangible sobre la que se está trabajando es la de aplicar diferentes precios en el billete según la renta del usuario.

La progresividad en las tarifas del transporte público --y también en otras tasas-- está de hecho en el centro de las negociaciones con CHA e IU para la aprobación de las tasas del próximo año. Sean cuales sean los importes que finalmente se aplicarán en el transporte público y que se consensuarán en estas conversaciones, Gimeno sí confirmó ayer que, a partir del próximo 1 de enero, comenzarán a realizarse las primeras pruebas para ajustar las tarifas.

Fuentes municipales señalaron, de hecho, que lo más problemático de esta medida es establecer los límites de renta para beneficiarse de esta medida. "De momento, estamos en contacto con la Agencia Tributaria", señaló el teniente de alcalde, para determinar si es este organismo el que cede los datos de la renta. La aprobación de la ordenanzas, no obstante, tendrá que estar lista en estos tres meses dado que la intención de Gimeno es tener el presupuesto municipal listo para octubre.