El movimiento 15-M ha llegado a las instituciones, como reclamaban sus críticos más acérrimos. Está en los ayuntamientos gobernados por portavoces de las plataformas sociales y en las proyecciones electorales de los nuevos partidos. Como en otras comunidades, el nuevo escenario ha provocado en Aragón que el activismo haya perdido su presencia en las calles. Muchas de las personas que estaban involucradas en las acampadas y manifestaciones desde hace cinco años se han incorporado a partidos o plataformas, dejando a un lado la participación vecinal y callejera. Esta situación quedó patente en la asamblea que se celebró ayer en Zaragoza para conmemorar el origen del movimiento en la Puerta del Sol.

El lugar elegido para la celebración fue el centro social comunitario Luis Buñuel, un espacio en el que cristaliza la actividad de diversas organizaciones sociales. "Se ha puesto muy alto el listón de la respuesta, por eso parece que los movimientos están paralizados", explicó una de las voces que conforman la asamblea.

La reflexión fue compartida por la concejala delegada de Medio Ambiente y Movilidad del Ayuntamiento de Zaragoza, Teresa Artigas, que durante la mañana participó en un acto en la plaza del Pilar, centro neurálgico del 15-M en Aragón hace cinco años. "Muchos estuvimos en esta plaza, fue el momento en que las personas se atrevieron a salir a las calles para reflexionar", destacó. Por este motivo lanzó un mensaje a las personas que en este tiempo se han interesado por la actividad política. "Tenemos que seguir orgullosos de lo que sucedió aquí y mantener la crítica constante", reconoció. Artigas es uno de los rostros que pasaron de la reivindicación en las plazas a una concejalía.

Una de las personas que participó activamente en las acampadas del 2011 fue el filósofo y politólogo Pablo Lópiz. En la asamblea consideró que la nostalgia "puede quitar fuerza" al movimiento. En este sentido lamentó que la sensación de no estar en las plazas puede empañar otros avances paralelos. "No se puede entender lo que sucedió hace cinco años como un punto de llegada: tenemos que seguir creciendo", destacó. Para Lópiz la proliferación de mareas, asaltos institucionales, nuevos partidos o concentraciones son "laboratorios de experimentación" que acabarán cristalizando "en nuevas grietas".

Otras voces consideraron que este cambio necesita el apoyo de las plazas. También se recogió la "frustración" que para muchos de los presentes significa la lentitud con la que se han producido avances institucionales. Sin embargo, una idea general presidió la reunión: "Han sido cinco años de un compromiso político y social desconocido".

SEGUIR FUNCIONANDO

Uno de los rostros populares del 15-M zaragozano es el de Maripaz Tomás. Nostálgica de las plazas cree que la llegada a las instituciones es la fórmula que el colectivo ha utilizado para hacerse escuchar. "Seguiremos en marcha", afirmó.

La asamblea zaragozana ha organizado para este mes una exposición en la que muestran camisetas, pancartas y fotografías de hace cinco años. Es uno de los logros en los que se reconocen. "Las acampadas fueron una forma de usar los lenguajes políticos de una forma novedosa", indicaron. Por este motivo, el llegar a la política en su formulación más tradicional sigue motivando el debate. Algo está claro: una vez que los ciudadanos han decidido que podían intervenir en la organización de la sociedad su gestión será diferente.