No fue la Estación Internacional de Canfranc el único escenario aragonés relevante para la historia de Rosario Raro (y para la historia mundial del siglo XX). El antiguo túnel de Somport fue otro emplazamiento crucial para su desarrollo.

Es el pasadizo por el que el jefe de la aduana, Laurent Juste, huye a Francia, con la ayuda de un maquinista y su hijo, cuando los generales nazis descubren que está involucrado en el plan para ayudar a los judíos a pasar la frontera entre Francia y España de forma clandestina.

En la realidad, el tráfico por este túnel ferroviario, de ocho kilómetros que unía Pau y Zaragoza, se cerró en 1970, coincidiendo con el cierre de la estación. Actualmente, sus vías están enterradas y el único vestigio de la segunda guerra mundial es la diferencia de los anchos de vía de la península ibérica y de Francia. "Se temía una invasión nazi", indicó como causa de esta distinción la escritora Rosario Raro.