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LIBROS

Juan Gallego Benot: "El fin del turismo llegará cuando veamos que todas las ciudades tienen lo mismo que ofrecer"

El escritor presenta 'La ciudad sin imágenes' en la librería Cálamo de Zaragoza

Juan Gallego Benot: "El fin del turismo llegará cuando veamos que todas las ciudades tienen lo mismo que ofrecer"MIGUEL ÁNGEL GRACIA

Hay una persona que pasea por las ciudades y no recuerda a los vecinos con los que se cruza ni la forma de los edificios que atraviesa. No hay nada para él en esos paseos por las principales capitales europeas, que se vuelven el mismo circuito pese a las diferencias. Ese es Juan Gallego Benot, que ha simulado sufrir prosopagnosia -enfermedad que no permite reconocer rostros o edificios- y se ha enfrentado en su ensayo, 'La ciudad sin imágenes' (La Caja Books) a esta problemática y al futuro que les espera a nuestras urbes.

“Me gusta pasear, pero cada vez lo hago menos”, lamenta Gallego que utiliza este ensayo para buscar qué queda de las ciudades y qué atractivo mantienen para propios y extraños. “Es cierto que la ciudad tiene cada vez menos zonas paseables pese a la peatonalización”, señala el autor, que insiste en diferenciar el paseo del turismo: “Todo lo que vemos tiene que ver con el turismo, que es una actividad para recabar mucha información en poco tiempo, mientras que el paseo es una actividad que se hace sin buscar nada”.

Entre paseantes, turistas y ciudades absorbidas por el rápido modelo de explotación a costa de los vecinos, las urbes europeas se han convertido “en zonas donde el paseo se hace imposible”. Una de las razones, para el autor del ensayo, es la necesidad de que todo sea útil, de que todo lo que vemos por las calles tenga un fin: “Todo es molesto si carece de utilidad, por eso yo prefiero sacar a la luz lo despreciable y enfrentarlo a la clásica mirada del turista”. La hipérbole de esta técnica llega cuando Gallego relata la relación que tienen él y sus vecinos con un montón de basura: para ellos, es un elemento más de la vida del barrio, un algo que siempre está ahí, mientras que para los turistas es motivo de desprecio y asco. Por eso, cada tropiezo de estos últimos con esas bolsas rotas y esos malos olores se vende como una victoria para los primeros.

"Nadie quiere ver la ciudad como si fuera un hobby"

Las nuevas ciudades, que se asemejan todas entre sí, “dan agobio” al escritor, que rechaza frontalmente la falsa antigüedad que impera en los cascos históricos, porque “no terminas de entender qué estaba antes y qué ha sido pintado para parecer antiguo”. Un hecho que le demuestra a Gallego que “la ciudad se va haciendo constantemente y el turista quiere ver el recuerdo de esa ciudad”. Todas esas técnicas que buscan hacer todo más antiguo son, incluso, contraproducentes para los servicios: “Nadie quiere ver la ciudad como si fuera un hobby”. “Es el fin del turismo: cuando nos demos cuenta de que todas las ciudades las han hecho los mismos arquitectos y tienen lo mismo que ofrecer, en ese momento ir a ese sitio deja de merecer la pena”, sentencia el autor.

“Esa mirada y esa problemática de no reconocer lo propio de las ciudades nos tiene que llevar a reconocer las ciudades no como espacios monumentales sino como espacios en los que la convivencia debe ser una oportunidad”, completa Gallego, que reivindica una nueva política de convivencia en las ciudades, que las piense “como lugares en los que fundirse unos con otros, entender las perspectivas que nos rodean e interpretar de una nueva manera las relaciones”.

“El proceso de escritura del libro es bastante similar al que experimenté en la escritura de los poemarios”, cuenta Gallego, que atesora ya dos libros de poemas en su todavía temprana carrera como escritor. Implicado en la redacción de su tesis doctoral, este escritor sevillano tiene claro el lugar en el que 'La ciudad sin imágenes' puede ser disfrutado plenamente por los lectores: “El campo es un buen lugar para aprovechar la lectura del libro”. ¿Por qué? “Porque la ciudad está en todas partes y así nos podemos dar cuenta de que esos lugares a los que vamos para escapar de nuestras ciudades también están urbanizados”. 

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