El Zaragoza suma dos empates, en Vallecas y en El Madrigal, y una derrota (Betis) como visitante en esta Liga. No conoce la victoria lejos de La Romareda porque sus dos triunfos los firmó al abrigo de su gente, ante el Espanyol y la Real Sociedad.
Por eso, el conjunto aragonés, que si no cae hoy coleccionará cuatro jornadas consecutivas sin perder, podría estrenar su casillero de victorias forasteras hoy en el Reyno, un triunfo aún más dulce que cualquiera que se logre lejos de casa. En todo caso, tiene todavía margen para no empeorar la plusmarca del curso pasado, donde el primer botín de tres puntos a domicilio no lo firmó hasta la segunda vuelta, en la 21 jornada y en La Rosaleda de Málaga.
La estadística
En todo caso, Javier Aguirre, santo y seña de la historia reciente de Osasuna por cuatro temporadas maravillosas para la afición rojilla, ya sabe lo que es ganar en el campo navarro, por lo que conoce el camino que llevaría a ese estreno victorioso lejos de casa. Lo consiguió con el Atlético en la primera temporada después de su salida de Pamplona, por 1-2. Sus otras dos visitas como técnico colchonero las saldó con una derrota (3-1 en la 07-08) y un empate sin goles en la 08-09. Esas tablas fueron también el marcador en su primera visita al Reyno de Navarra como técnico zaragocista, el 19 de diciembre del 2010. Fue un partido aburridísimo, sin goles, sin fútbol y que no pasó precisamente a la leyenda de los grandes encuentros. En ese momento, el Vasco estaba terminando de construir el bloque que posibilitó la permanencia en la segunda vuelta, con 29 puntos tras pasar el ecuador del campeonato.
La estadística global de Aguirre contra Osasuna, incluyendo los partidos como local, habla de tres victorias, un empate y una derrota con el Atlético, mientras que con el Zaragoza aún no sabe lo que es ganar. El curso pasado sumó esas mencionadas tablas en el Reyno, mientras que en La Romareda Osasuna venció por 1-3 en un nefasto partido zaragocista que trajo muchas dudas sobre la permanencia en la recta final del campeonato, aunque al final se selló la salvación.
