El Real Zaragoza arranca hoy en el Reyno de Navarra una semana vital, con tres partidos, ya que tras la visita a Osasuna le esperan el Valencia, en La Romareda, y el Atlético, en el Calderón. Son tres citas que el vestuario se ha esforzado en señalar como claves para saber dónde se encuentra un equipo cuya progresión es evidente en las últimas semanas. El terreno de juego navarro, tan hostil en la historia reciente fruto de una rivalidad sin demasiado sentido, examina esa mejoría del conjunto zaragocista, que busca la primera victoria del curso a domicilio, un triunfo de un valor importante en lo anímico y en lo pragmático, por no hablar de lo bien que sentaría en la afición.

Lograr ese botín de los tres puntos ante un Osasuna metido en dudas, pero difícil de superar como siempre en su feudo, equivaldría a despegar, porque los de Aguirre vienen de tres jornadas sin caer y de un cómodo triunfo ante la Real Sociedad. Y ese lanzamiento, con la confianza que supone, llevaría a afrontar de la mejor manera los otros duelos de la semana, partidos donde la exigencia será máxima, con el Valencia y el Atlético. Como se ve, la victoria en el Reyno es más que valiosa, por mucho que la estadística diga que el Zaragoza no gana allí desde diciembre del 2003, con gol de David Villa, y que solo lo ha hecho seis veces en Primera. Que hoy llegue la séptima.

Aguirre ha sellado el vestuario contra las turbulencias del club dirigido por Agapito Iglesias y, sobre todo, ha hecho grupo, ya que el vestuario cree a pies juntillas en él. Ahí, su labor desde que llegó, es incuestionable, como también lo es en los resultados y en su capacidad para hacer bloque por mucho que en verano se le entregara un puzzle con 13 fichajes y 15 bajas. Ese buen trabajo ya lo conocen en Pamplona. El entrenador regresa hoy a la que fue su casa cuatro años y donde se le profesa una admiración total. No en vano, firmó un pasaporte a Champions y la mejor clasificación osasunista en la elite (05-06). Sin embargo, el fútbol no entiende de sentimentalismos y el Vasco, que ve a su equipo en la zona media, sabe que el buen momento actual se convertirá en zozobra si el Zaragoza sale mal parado de esta dura semana.

UN BLOQUE CLARO El técnico mexicano, como se esperaba, repite la alineación que doblegó a la Real Sociedad y apunta a hacer alguna rotación, no demasiadas, eso sí, ante el Valencia o el Atlético. Hace días que tiene claros sus hombres de confianza, con un pasillo de seguridad más que evidente en el que Ponzio y Meira han dado fortaleza a la medular y Luis García es el futbolista clave entre líneas. Hélder Postiga, por su parte, buscará continuar su recién iniciado idilio con el gol.

En un tiempo casi récord, Aguirre ha construido un bloque competitivo, con espíritu y carácter y que tiene más gol que el curso pasado, el suficiente además para andar por Primera. Ante la Real Sociedad, además, se apreció una mejoría defensiva, lo que permitió una jornada tranquila a Roberto, demasiadas veces ya el héroe. Esa mayor consistencia también estará a prueba en el Reyno, donde al meta le espera un día difícil, sobre todo en los balones aéreos. Meira y Mateos deben ser vitales en esa faceta.

Osasuna no ha perdido en su feudo y solo lleva dos derrotas en su casillero en siete partidos. Pero afronta el choque con un clima enrarecido por las palabras de Mendilibar y con muchas dudas atrás, porque son los más goleados de Primera. Un honor que por cierto arrebató hace poco al Zaragoza. El conjunto navarro, con siete puntos, se presenta a la cita tras reconocer el presidente de los árbitros, Sánchez Arminio, que los colegiados han cometido errores que les han perjudicado --un mal presagio para los de Aguirre-- y sin uno de sus jugadores más desequilibrantes, Lamah.

Parece que Mendilibar no apostará por jugar con dos puntas, aunque Ibrahima se movería en banda para que Nino sea la referencia y Cejudo haga la labor de Lamah. Osasuna tiene como siempre el apoyo de una hinchada fiel que empuja a su equipo y que es un valor decisivo para que el Reyno sea un bastión para la permanencia. Esa afición, o parte de ella, ha encontrado un enemigo en el Zaragoza, que visita un campo hostil con la idea de despegar y tomar vuelo en la Liga.