La relación entre el secretario de Estado y el presidente de la RFEF también está bajo mínimos después de haber sido excelentes en los siete años años en que Cardenal formó parte del Comité de Competición. Ahora, el secretario de Estado es acusado de ejercer una gran presión intervencionista sobre el fútbol y Villar no deja de amenazarle con denuncias a la FIFA. Cardenal asegura que todo son excusas para justificar un enfrentamiento que tiene "como única base el interés de la RFEF en no devolver dinero público no justificado".