Desde que el hoy presidente de la LFP ejerció la acusación particular contra Ángel Villar y su vicepresidente económico, Juan Padrón, por presuntos casos de corrupción que no prosperaron, la guerra entre ellos no ha dejado de aumentar. El presidente de la RFEF no ha atendido nunca los intentos de acercamiento de la LFP, como ocurrió en el caso del cambio de la normativa para hacer posible el cierre parcial de los estadios para atajar la violencia. "Cree que este es su cortijo y que vivimos todavía en la época feudal", dice Tebas.