El déficit de vocaciones empresariales se ha agudizado con la crisis, que ha puesto nuevos obstáculos en el camino de los emprendedores. En estos momentos, el principal problema añadido es la falta de financiación para la puesta en marcha o el mantenimiento de un proyecto de negocio. Así lo constata la Asociación de Jóvenes Empresarios de Aragón (AJE), que cuenta con más de 300 asociados "que luchan día a día por mantenerse en un mercado cada vez más competitivo", señala su presidente, Pilar Andrade, quien lamenta las graves dificultades que tienen para acceder a financiación.

Según Andrade, la mayor parte de las empresas asociadas a AJE que han solicitado financiación externa en los últimos seis meses "ha visto denegada su solicitud". Además, el volumen del crédito concedido es menor, el tipo de interés más elevado y se han encarecido los gastos y comisiones. A ello hay que sumar las mayores exigencias de garantías y avales, lo que está causando el cierre de muchas empresas aragonesas. Andrade considera "imprescindible" exigir responsabilidad a las instituciones financieras que vertebran un sistema, para que sigan generando crédito e inversión "para seguir adelante".