Los principales poderes económicos de Aragón, gran parte del grupo parlamentario popular del Congreso y abundantes familiares y amigos de Luisa Fernanda Rudi apoyaron su toma de posesión en una Aljafería abarrotada. Cerca del millar de personas quisieron asistir al cambio de etapa política y, por lo visto ayer, también social, en Aragón. Aunque en realidad, se mantiene parte de la infraestructura política y social tejida durante estos doce años por un Gobierno PSOE-PAR que tenía en su ideario hacer un Aragón de "amplia base".

El ejemplo más claro lo abandera el próximo consejero de Economía, Francisco Bono, quien ha ejercido durante años como presidente de Aramon, el gran proyecto de nieve y turismo de la comunidad.

Dejando a un lado parte de la herencia de ese Aragón estable que permanecerá en los círculos cercanos al Pignatelli, un buen número de los asistentes de ayer forman parte del PP que durante esta década ha pasado su particular penitencia. Por eso, el acto de ayer fue mucho más que un acto institucional. Tuvo algo de desahogo, de resurgimiento, de anhelo por sentir que los próximos años podrán decidir y gestionar la administración después de que los aragoneses les hayan dado su confianza tras varias citas electorales fracasadas.

El PP nacional arropó a Rudi, la muestra más contundente de esa resurrección. Mariano Rajoy, Dolores de Cospedal, Esperanza Aguirre, Ana Pastor, Ana Mato, Celia Villalobos o Pío García Escudero fueron los abanderados de la delegación popular madrileña. Junto a ellos, diputados del Congreso que compartieron espacio con los representantes públicos socialistas aragoneses que están a punto de dejar su responsabilidad y también con el vicepresidente Manuel Chaves. La lealtad y cortesía institucional de unos y otros fue absoluta.

Gran parte de los invitados eran representantes de la economía aragonesa. De la capital y también del medio rural, que ha sido decisivo para aupar a Rudi al poder. Algunos empresarios, como Ángel Luengo o Alfonso Soláns, no se perdieron la cita, como tampoco lo hicieron los principales responsables de las cajas de ahorro aragonesas. También los consejeros salientes, así como expresidentes de Aragón, como Hipólito Gómez de las Roces o Santiago Lanzuela, quien se fundió en un abrazo con Rudi. Ambos han sido los únicos presidentes populares en Aragón. En muchos momentos, parecía un flash-back, una foto del pasado. Una vuelta a la segunda mitad de la década de los 90, cuando el poder conservador era hegemónico en la comunidad. Muchas de las personas que trabajaban con Rudi en aquella época, estaban para no perderse un día histórico.

El acto solemne contó con el himno de Aragón, al que últimamente le han mutilado su poética letra y ya solo suena la melodía. Tras él, una austerísima copa de felicitación.