La polémica negociación entre el Gobierno de Aragón y el Ayuntamiento de Zaragoza por canon de saneamiento llegó ayer al pleno de la mano de Chunta y sirvió para dejar retratados tanto a PP como al PSOE en un debate en el que solo los nacionalistas entran limpios de polvo y paja. Por eso su portavoz, Juan Martín, se permitió llevar al extremo su posición de fuerza en el consistorio para exigirle al alcalde, Juan Alberto Belloch, que cualquier acuerdo con el Ejecutivo autonómico no se apruebe sin pasar por el pleno. Una invitación a la que el vicealcalde Fernando Gimeno, ni siquiera respondió. Por eso el nacionalista aseguró que si no lo hace, y si la decisión del pleno no es vinculante, este será "un elemento sustancial de las relaciones entre PSOE y CHA en este ayuntamiento".

Un órdago en una moción en la que también se aprobó, con los votos de PSOE, CHA e IU, reprobar a la DGA por exigir el cobro del canon "con nocturnidad, alevosía y la técnica del bastonazo y tente tieso", por ley cuando la negociación sigue abierta. Y se aprobó la petición de IU de "volver al kilómetro cero" y exigir una auditoría económica, medioambiental y social del plan de depuración, para saber qué se ha gastado, en qué y cómo.

INVIABLE En cuanto a la confrontación política, habló el portavoz del PP, Eloy Suárez, que en su día fue crítico con este plan de depuración que la presidenta Luisa Fernanda Rudi no ha abortado. A su juicio, esta inversión era una "bomba de relojería" inviable --así lo definió en el pasado y ayer--, pero que fue el PSOE de Marcelino Iglesias y el alcalde Juan Alberto Belloch quien decidió que Zaragoza pagaría en el 2013. Por lo que es "demagogia y funambulismo" la del PSOE, CHA e IU, por quejarse "ahora que toca pagar". ¿No será que se pone en peligro la privatización del saneamiento?", se preguntó.

"El alcalde ha mandado a Gimeno con la premisa de reventarlo todo, porque donde hay victimismo hay mucho que ganar", añadió. El vicealcalde defendió que "aún es posible el acuerdo" y que Zaragoza "nunca dejará sus competencias sobre el saneamiento" y lo que se debate es "cómo colaborar con Aragón".

Pero CHA huyó de este ring para acusarles a ambos del mismo "turmismo moderno", por aprobar lo mismo con el mismo responsable de esta situación: el PAR, la "mano que mece la cuna" de un plan que ya en su día se dijo que iba a generar un agujero económico de "entre 115 y 220 millones en el mejor de los casos". Por eso insistió en denunciarlo en los tribunales.