Sobre los almendros de José Luis Sánchez apenas han caído "diez litros desde el pasado 20 de mayo". "En primavera llovió bastante, pero el verano ha sido un horror", asegura este agricultor de Aniñón (a 15 kilómetros de Calatayud), que lamenta que la sequía ya empieza a "deshidratar" sus frutos. "Estas almendras ya serán de segunda categoría; al final bajará tanto la calidad como la producción", lamenta. Y eso que la cosecha de este año se preveía de récord hace apenas unos meses.

Según explica Sánchez, los almendros ya están comenzando a coger el agua de su fruto, lo que va a obligar a los agricultores a adelantar le recogida. "La mayoría están verdes todavía, pero las vamos a coger ya porque si no puede ser peor", comenta Sánchez, que teme que algunas almendras no se abran.

Con todo, lo que más le preocupa ahora son los daños que pueden sufrir los árboles a medio y largo plazo. "Si no llueve en los próximos meses hay riesgo de que no den fruto en la campaña del año que viene", advierte este afiliado a UAGA.

El agricultor de Aniñón no recuerda una sequía tan mala desde el 2012. "Ese año hubo parcelas en esta zona que de 100 cerezos solo sobrevivieron 30 o 40", recuerda Sánchez, que tiene unas 100 hectáreas de almendros y unas 70 de cerezos.

Al menos, asegura que la cosecha de la cereza de conserva ha sido buena. "La producción ha bajado un poco en la de mercado por las heladas que hubo a principios de mayo, pero tampoco ha estado mal", concluye este agricultor de 50 años.