Siete de cada diez centros de estética no realizan un estudio sanitario previo a los usuarios que van a recibir un tratamiento. Una campaña inspectora del departamento de Consumo del Gobierno de Aragón refleja esta peligrosa situación, que está amparada por la falta de regulación específica para estas empresas en aspectos tan importantes como la salud. Y eso que este tipo de tratamientos de adelgazamiento o de depilación son cada vez más demandados. Y muchos de ellos se venden a través de páginas de internet o se ofrecen en peluquerías, gimnasios o establecimientos no especializados.

"Muchas de estas técnicas, aún no siendo invasivas, requieren del asesoramiento de personal sanitario, de ahí la convivencia de consultar previamente al facultativo para recibir información relacionada con las indicaciones, efectos secundarios, etc", se recomienda. Y es que, frente a los tatuajes, piercing o incluso los Rayos UVA, que sí que cuentan con una norma de control, incluido el sanitario, en los centros de estética en general no existe tal vigilancia.

"El consumidor debe pedir información y no someterse a ninguno de estos tratamientos sin consultar con su médico. Porque tiene que conocer previamente si es dañino para su tipo de piel, si es compatible con su medicación, etc. Y, por supuesto, debe saber que cualquier técnica invasiva solo debe practicarla un facultativo", aseguran los expertos.

DENUNCIAS De hecho, tanto a la Dirección General de Consumo como a Salud Pública le llegan denuncias por quemaduras con el láser o por mala praxis en las distintas técnicas o la mala manipulación de la maquinaria. Porque tampoco está regulada la formación necesaria para utilizar estas máquinas, que las hay de uso médico o no.

Hasta la mayoría de edad no es un requisito para estos tratamientos, frente al que sí se exige (o al menos se pide autorización) en los piercings y tatuajes. Cuestiones como una información del tratamiento a recibir o una elaboración de una ficha individualizada para el control periódico de los resultados e incidencias tampoco lo son, cuando sí es obligatoria en los rayos UVA. Incluso la revisión de los aparatos, que aparentemente parece ser de lógica obligación, está limitada a esta radiación. O la formación del personal que maneja las máquinas, sobre todo en las de láser.

Frente a ello, en aspectos relacionados con la publicidad y los derechos básicos como la información de precios, la entrega de los justificantes de pago o la atención al público sí que existe un alto grado de cumplimiento que supera el 90%.

La inspección que ha realizado la Dirección General de Consumo ha accedido a 115 establecimientos de este tipo, más de la mitad de ellos ubicados en Zaragoza. Y en todos ellos, en el cien por cien, se cumple la veracidad de la publicidad y en el 98%, las cláusulas abusivas. También las exigencias sobre financiación y sobre hojas de reclamaciones se cumplen.