La Asociación de Consumidores San Jorge ha advertido de un incremento de las quejas y reclamaciones de consumidores de Zaragoza por prácticas comerciales abusivas o agresivas por parte de comerciales que visitan los domicilios para conseguir clientela para empresas suministradoras de electricidad o gas.

En una nota de prensa, la asociación explica que estas prácticas comerciales agresivas o abusivas suelen llevarse a cabo por empresas o consultoras dirigidas precisamente a la captación de clientes y cuyos comerciales suelen cobrar comisión por contrato firmado, lo que a veces "les hace pasar del límite de lo tolerable a la hora de abordar al consumidor".

El comercial suele visitar de forma inesperada el domicilio, generalmente de una persona mayor, e identificarse como miembro de la empresa suministradora de la electricidad o el gas del consumidor, si bien nunca dice de qué empresa viene.

Con la excusa de poder hacer alguna revisión o de proporcionar algún tipo de descuento o rebaja, piden al consumidor una factura o recibo pagado de la luz.

Si el consumidor accede, el comercial ya tiene en la mano la información sobre la empresa suministradora que tiene contratada y otros datos de éste, por lo que puede hacer una rebaja de la tarifa vigente y ofrece una serie de documentos para que el consumidor los firme.

En la práctica, se realizan en muchas ocasiones cambios de compañía suministradora, de tarifas o incluso de servicios contratados, que el consumidor desconoce y que pueden conllevar mayores gastos para éste y otros problemas.

Sólo cuando llega la primera factura (de cuantía mayor) o la carta de bienvenida de la nueva empresa surgen las primeras alertas en el consumidor, que suele acudir a las asociaciones de consumidores o a la administración competente para intentar dar marcha atrás a la nueva contratación o modificación no deseada.

La asociación San Jorge recomienda ante estas prácticas no dejar entrar a nadie en el domicilio particular; no entregar facturas, recibos ni ningún tipo de documentación; identificar con claridad al comercial y a la empresa de la que viene; no firmar nunca nada en caliente y, en caso de duda, consultar a las asociaciones de consumidores, a la administración competente o incluso a la propia empresa suministradora.

Recuerdan que existe la posibilidad de desistir del contrato en los 14 días posteriores sin penalizaciones ni tener que justificar motivo alguno y animan a denunciar los casos fraudulentos.