La antigua escuela infantil de El Tren, en el número 2 de la calle Santa Orosia del barrio zaragozano de Delicias, lleva demasiado tiempo sufriendo los efectos del abandono. Este edificio de titularidad municipal tiene cerradas dos de sus tres plantas, ya que el sótano sigue funcionando como biblioteca, pero estas no dejan de sufrir actos vandálicos. «Constantes allanamientos y destrozos», señalan los técnicos municipales. Esto ha provocado que el ayuntamiento por fin se dedique a actuar, aunque solo está dispuesto a gastarse 16.997,34 euros (IVA incluido), que es lo que marca el contrato menor para el que busca adjudicatario. El objetivo es tapiar el inmueble, o como reza el pliego, «garantizar el cerramiento de huecos de ventana con ladrillo hueco doble revestido con mortero de cemento y pintado».

Estas dos plantas ahora vandalizadas albergaban en el pasado un centro de tiempo libre para el barrio de Delicias, pero dejó de serlo hace ya algún tiempo y eso se ha traducido en importantes daños en el interior. El informe municipal describe cómo el mobiliario se ha visto afectado por importantes destrozos, así como el equipamiento interior de la edificación. Y se achaca, principalmente, a lo sencillo que es acceder desde el exterior a estas dos plantas, una en la rasante de la calle y la otra en altura.

SIN USO A CORTO PLAZO // No está previsto darle un nuevo uso a corto plazo, parece. Una utilización que, por planeamiento, se limita a la enseñanza o a otra utilización complementaria del ámbito educativo.

Mientras, el sellado exterior de ambas plantas conllevará garantizar las vías de evacuación de la biblioteca, que sigue funcionando y no deberá verse afectada por estos trabajos de limpieza y cerramiento. Esta cuenta con dos recorridos de salida: uno a través de las escaleras de acceso que dan directamente al edificio situado en planta calle, y otro que se realiza por la escalera principal del inmueble que dan a las salidas de emergencia situadas en la planta baja.

«Para que la planta sótano siga contando con dos salidas de evacuación y evitar acceder al centro por dichas salidas, se colocarán en las puertas existentes unas barreras antipánico para que esas puertas abran solo en el sentido de la evacuación», explica el pliego.

Los daños en el inmueble son fácilmente apreciables desde la calle. Nada se dice por ejemplo de limpiar las pintadas que pueblan todas las persianas que se ven desde la acera de Santa Orosia. O los daños en la carpintería y cristales, o las estructuras metálicas que se aprecia cómo han sido forzadas en algún momento para acceder al interior. Un foco de atracción para los vándalos que, a falta de un uso, sería protegido de sus acciones.