Aragón fue la única comunidad autónoma que votó en contra del plan de cuenca del Segura. El Gobierno considera que el texto deja la puerta abierta a un trasvase desde el Ebro, al permitir llevar a agua de cualquier río para paliar el déficit hídrico del Levante. Pese a la negativa de la comunidad, el proyecto, junto al del Tajo, fue aprobado ayer en el Consejo Nacional del Agua.

El plan de cuenta del Segura solo recibió cinco votos en contra. Solo se opuso Aragón de entre las comunidades autónomas. El resto de negativas fueron de los grupos ecologistas. El consejero de Medio Ambiente, Modesto Lobón, insistió en que el Ejecutivo no está de acuerdo con la filosofía que esconde el proyecto hidrológico presentado desde el Levante. "Para nosotros no se pueden paliar los déficits de agua con trasvases, ese no es el camino y así lo hemos dejado patente en la reunión del consejo".

ENTRE CUENCAS Lobón no dudó en calificar el plan de cuenca del Seguro como "trasvasista". Recordó que el Levante tiene ya aprobado un trasvase, el del Tajo, y lamentó que además en el texto que ayer salió adelante se permita "llevar agua desde cualquier río". El consejero pidió incluso la palabra al finalizar la reunión para dejar patente que en Aragón siguen sin sobrar recursos hídricos. "Con la protección del Estatuto y la reserva de 6.550 hectómetros cúbicos es imposible hacer proyectos como un plan hidrológico nacional", recordó.

Aragón no encontró respaldos en su posición contraria al plan de cuenca del Segura. Respaldó, por contra el del Tajo, pese a que no se habían incluido sus enmiendas. Por eso formuló un voto particular para que se hiciese en la redacción definitiva.

El ministro de Medio Ambiente, Miguel Arias-Cañete, como acostumbra, evitó cualquier posicionamiento contrario al trasvase del Ebro. Y eso pese a la insistencia del consejero aragonés. Señaló, respecto al plan del Segura, que define un régimen de caudales ecológicos basado en métodos eco-hidráulicos que contribuirán a mejorar el estado de las 85 masas de agua superficial naturales que define el plan así como 63 masas de agua subterránea.

Nada de que se abra la puerta a llevar agua de cualquier cuenca. Destacó, por contra, que aboga por compatibilizar los intereses del sector agrícola con la protección y recuperación de los valores medioambientales de la cuenca y por mantener el regadío por su alto valor social y económico."Este nuevo proceso de planificación armoniza los planteamientos y necesidades de la cuenca del Segura, como receptora, y de la cuenca del Tajo, como cedente, a través de la garantía de permanencia del trasvase Tajo-Segura gracias al acuerdo alcanzado entre las cinco comunidades autónomas implicadas", destacó.

Además de los dos planes de cuentas, se volvió a poner encima de la mesa la voluntad del Ejecutivo para lograr un "gran pacto nacional del agua", en palabras del propio Arias Cañete. Una idea que ha expresado desde el inicio de legislatura, pero sin detallar que implicará un trasvase del Ebro. Ayer insistió en que su idea es garantizar un suministro de agua "en cantidad y calidad suficientes" y que se distribuya de una manera "integral y solidaria" en toda España. A este pacto le seguirá un nuevo Plan Hidrológico Nacional que incluya los acuerdos del pacto.

El ministro destacó que el proceso se terminará en los primeros meses del 2014 después de "volcar todo el esfuerzo en los últimos años" por lo que agradeció su colaboración y trabajo constante también a las comunidades autónomas. En este punto recordó que la posición de Aragón --contraria al trasvase-- está clara. Evitó, sin embargo, aclarar si la comparte.